La Fundación Bioética ha hecho público un documento por medio del cual expresa su rechazo a la eutanasia y plantea la verdadera alternativa al sufrimiento de las personas en una de las fases más vulnerable de su vida: los cuidados paliativos.
La eutanasia es un acto que pretende deliberadamente terminar con la vida de una persona enferma lo que conlleva graves consecuencias: familiares, sociales, médicas, éticas y políticas.
En ese sentido, la Fundación Bioética afirma que «los casos extremos y la autonomía personal, siempre aludidos por los partidarios de la eutanasia, generan leyes injustas que enfrentan el deseo individual con el ineludible deber del Estado a la protección de la vida física de cada ciudadano».
«La legalización y regulación de la eutanasia -prosigue- conlleva el desprecio obsceno de la vida humana cuando más necesita ayuda por encontrarse en situación de enfermedad, lo que conlleva un mayor grado de vulnerabilidad, sufrimiento físico y psíquico. Además, sin facilitarle la alternativa de los cuidados paliativos ya que son totalmente insuficientes en nuestro país».
La solución que propone la Fundación Bioética es apostar por los cuidados paliativos, que son «el enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con Enfermedades Amenazantes para la Vida (EAV), a través de la prevención y alivio de aquello que les ocasiona sufrimiento, por medio de la identificación temprana e impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicológicos y espirituales».
Es por eso que la organización reflexiona sobre «como queremos morir»: «Todos queremos una buena muerte, sin que nos prolonguen artificialmente la agonía, ni nos apliquen unos medios desproporcionados (obstinación terapéutica)». Asimismo, «Todos queremos ser tratados de modo eficaz del dolor y otros síntomas que nos hacen decir: ”No puedo vivir así”, tener la ayuda necesaria, no ser abandonado por el médico ni por el equipo sanitario».
Además, según la Fundación «Todos queremos ser informados adecuadamente sobre la enfermedad, el pronóstico y los tratamientos posibles, que nos hablen en un lenguaje comprensible y participar en las decisiones sobre nuestra enfermedad», y «todos queremos recibir un trato respetuoso, que en el hospital podamos estar acompañados de la familia y los amigos, sin más restricciones que las necesarias para la buena evolución de la enfermedad«.
Es por eso que la limitación del esfuerzo terapéutico, el rechazo al tratamiento y la sedación paliativa son actuaciones consideradas como «buena práctica clínica», ya que van dirigidas a cumplir los fines de la medicina y la ética médica considerando el beneficio de la persona enferma.