En este año del centenario, creo que la radio española vive un gran momento, y que la nueva temporada merece un comentario muy positivo.
Podrán echarse de menos cosas: super García, Antonio Herrero, las radionovelas o los shows como la mítica Cabalgata fin de semana. Sin embargo, aún respetando sin arriesgar los formatos asentados, pienso que estamos en un gran momento, dinámico y con cosas buenas que destacar.
Dedicaré un primer artículo a las mañanas, prime time por excelencia, y otro al resto de la programación. Las cuestiones acerca del EGM las traté en otro artículo anterior en estas mismas páginas: Comentario al EGM: ¿El fracaso de la COPE? – ForumLibertas.com
Como regla general, se podría decir que en las mañanas de radio estamos mejor que nunca. Puestos a echar de menos, casi se echa más en falta el diente afilado de Antonio Herrero que la radio espectáculo de Luis del Olmo. Alsina ocupa parte del primer hueco y ofrece grandes momentos de ariete contra el poder, sea del color que sea, si bien su tertulia es muy floja comparada con el mítico «sindicato del crimen».
Herrera, padre e hijo, por su parte, suplen bien a del Olmo, aunque tal vez se pasan de fidelidad al pasado en ciertos momentos como la tertulia política (tampoco hace falta dejar que la cope entera la boomerwaffen «constitucionalista»).
Con todo lo bueno que tienen esos dos, el Hoy por hoy de Àngels Barceló tiene una variedad y una calidez, unido a una magia técnica y de combinación de voces y sonidos, que me atrevo a decir que supera a sus competidores y a sus propios predecesores. Decía la mítica Amaya Uranga, la solista de Mocedades, que el grupo en realidad era un conjunto de solistas. Y la realidad es que cuando los demás hacían de solista en alguna canción, no desmerecían. Y eso ocurre en buena medida con los de Hoy por hoy.
Àngels es una gran conductora de programa de radio. Pero su segundo, José Luis Sastre, es un astro de la radio al que ojalá deje brillar la compleja estructura empresarial del medio. Yilian Ayala, la joven voz que hace dúo con Àngels en los informativos de las seis y/o las siete, es una joya por descubrir. Y Bayo, y Palomo, y cía… Así hasta completar un grupo de solistas que cuando hacen coro dejan en el oído el agrado de un gran grupo coral.
Si algún pero se les puede poner, es que se deben en exceso a un oyente de izquierdas, lo cual hace que a veces se escoren. Aunque pienso que tiran hacia la verdad de las cosas bastante más que muchos programas «de derechas» que viven en una trinchera permanente. Resulta curioso que nunca se hable de salarios estrella para este grupazo, mientras sus competidores que ni les ganan ni les ganarán cobran lo que se dice que cobran. Ignoro si están bien pagados, pero haría bien la SER en valorar si está invirtiendo en ellos lo suficiente…
Por otro lado, debemos celebrar el fichajazo de Radio Nacional de España: el astro de toda la vida de la radio catalana, Josep Cuní, hace un programa excelente que supera a todos en seriedad y contenido. Supongo que subirá su audiencia, pero me temo que el encorsetamiento de una radio estatal impedirá las cotas que solo permite la información libre.
La radio catalana, ya sin Cuní, sigue teniendo a su líder actual de varios años, Jordi Basté (RAC1). No es un programa que haya escuchado mucho, pero es un programa muy bien hecho que supera a los de ámbito estatal en muchos detalles. Junto a él, del ámbito territorial merece ser destacado Javier Mardomingo, el fichaje de Onda Madrid: una promesa criada con el inolvidable Colmenarejo, al que harían bien en tener en el banquillo las grandes cadenas nacionales.
Para cerrar el capítulo matinal, no debemos olvidar al ariete Federico (esRadio), que sigue mucha más gente de la que parece. Tiene la virtud de mantener año tras año una comunidad de oyentes fiel y que hasta entiende un lenguaje propio. Sin embargo, a Federico le fallan «los coros» del tramo informativo (no así en la segunda parte, con la adorable Isabel González). Haría bien en poner una segunda voz capaz de sustituirle cuando toca (y sería buen candidato Carlos Cuesta). Y sobre todo haría bien en cuidar más los horarios, pues no tiene sentido que lo de las ocho empiece a las ocho y veinte. O por lo menos no tiene sentido que las desconexiones locales sean a hora variable.
Sea como fuere, el prime time radiofónico está como nunca. Disfrutemos.
Como regla general, se podría decir que en las mañanas de radio estamos mejor que nunca Share on X