En el último Informe Mensual de CaixaBank Research se establece una relación interesante entre las diferentes medidas que se tomaron durante el estallido de la pandemia del Coronavirus y los efectos negativos sobre la economía. Según los respectivos autores del estudio, los países que más limitaron la movilidad peores consecuencias económicas están sufriendo. El objetivo de minimizar el coste humano de el COVID-19, evitar que los hospitales se viesen desbordados y ganar tiempo para conocer y así combatir el virus. Sin embargo, las restricciones a la movilidad conllevan un coste económico importante. En un momento en el que numerosos países empiezan una desescalada gradual y con las primeras estimaciones del PIB del primer trimestre, se empieza a vislumbrar lo que las medidas de distanciamiento social están comportando para la economía en este segundo trimestre de 2020.
China inició las medidas de confinamiento en enero y las mantuvo activas durante todo febrero y marzo. Por su parte, la mayoría de los países europeos y americanos empezaron a aplicar restricciones a la movilidad a finales del primer trimestre, pero estas siguieron y se intensificaron durante los meses de abril y mayo. Y es que mientras que en el primer trimestre el epicentro de la pandemia se situó en China, este se trasladó a Europa en el mes de abril y al continente americano en mayo.
Aquellos países con grados de confinamiento más estrictos durante los primeros meses del año –y, por lo tanto, con menores niveles de movilidad de sus ciudadanos– también han sido los que han sufrido mayores caídas de la actividad económica. Así, por ejemplo, en China, país con unas medidas de confinamiento severas a lo largo de todo el primer trimestre, la contracción del PIB se situó en el –9,8% (en términos intertrimestrales); en Italia y España, países donde las políticas de confinamiento llegaron más tarde pero fueron estrictas, la caída se emplazó en torno al –5%; por su parte, en Alemania y EE. UU., países que implementaron medidas de distanciamiento menos severas y más tardías, la contracción fue del –2,2% y –1,2%, respectivamente.
Pero aún la economía está en riesgo de verse más perjudicada. En el segundo trimestre España y Francia han sufrido una una caída de la actividad de cerca de un 20% intertrimestral, debido a que las medidas de distanciamiento social están siendo más severas que en la mayoría de las economías avanzadas y que el avance en la desescalada es más gradual. En un nivel intermedio estaría Portugal, con una caída todavía sustancial pero algo menor (del orden del 15%). Finalmente, el impacto económico en Alemania y EE. UU. se estima menor (en torno al 10%), ante unas medidas que han sido más laxas y menos generalizadas.
A pesar de que los autores del estudio reconozcan que la intensidad de la desaceleración económica dependen de otros factores como, por ejemplo, el éxito con el que las distintas economías hayan expandido el teletrabajo o la magnitud de las respuestas de política económica para amortiguar el impacto del shock, apuntan al distanciamiento social como una de las causas directas de el debilitamiento de los países que más han limitado la movilidad durante los dos primeros trimestres del año.
Según los respectivos autores del estudio, los países que más limitaron la movilidad peores consecuencias económicas están sufriendo. Share on X