El Papa Francisco ha comentado el evangelio de san Lucas tras el rezo del Ángelus este domingo, 3 de noviembre. El texto relata el encuentro de Jesús con Zaqueo.
El Pontífice ha afirmado: “Dios condena el pecado, pero trata de salvar al pecador, va a buscarlo para traerlo de vuelta al camino correcto”.
Francisco evidencia así que el Señor nos busca siempre con su mirada, como lo hizo con este publicano, para salvarnos.
El Papa hace referencia a Zaqueo, un un hombre rico que recaudaba impuestos por cuenta del Imperio Romano y lo hacía de manera deshonesta pidiendo “soborno” y “esto aumentaba el desprecio por él”.
Francisco relata que al saber de la llegada de Jesús, que en su camino a Jerusalén hace una parada en Jericó, el “jefe de los publicanos” trata de ver a Jesús entre la multitud presente para acogerlo “porque era curioso” pero siendo de baja estatura, se sube a un árbol para poder verlo. Pero cuando Jesús llega cerca de él, levanta su mirada y lo ve. Y “esto –señala el el sucesor de Pedro– es importante” porque “la primera mirada no es la de Zaqueo, sino la de Jesús” que busca entre tanta gente el rostro del pecador.
La conversión de Zaqueo
A partir de ahí, según Francisco “comienza el milagro de la conversión del pecador de Jericó”. Jesús -continúa el Papa- llama a Zaqueo por su nombre, invitándolo a bajar del árbol porque tiene “que parar en su casa”. Y sin reproches le dice que debe ir a su casa porque ésta “es la voluntad del Padre”.
El Papa Francisco destaca cómo Jesús se fija en un pecador y trata de salvarlo para enderezar su camino.
Esta atención de Jesús, según el obispo de Roma, llevan a Zaqueo a cambiar de manera neta su mentalidad y a darse cuenta “de lo mezquina que es una vida totalmente apegada al dinero, a costa de robarle a los demás y de recibir su desprecio”.
Gracias a ese encuentro con Jesús, según Francisco, Zaqueo descubre “que es posible amar gratuitamente: hasta ese momento era avaro, ahora se vuelve generoso”.
