Este domingo el Papa Francisco ha celebrado y recordado que este sábado 22 de abril, fueron beatificados Enrique Planchat, sacerdote de la Congregación de San Vicente de Paúl, Ladislao Radigue y tres compañeros sacerdotes de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María asesinados en el contexto de la Comuna de París.
«Pastores animados por el celo apostólico, estuvieron unidos en el testimonio de la fe hasta el martirio, que sufrieron en París en 1871, durante la llamada ‘Comuna’ de París«. El Papa Francisco lo recordó en sus saludos tras el rezo mariano del Regina Caeli este domingo 23 de abril en la Plaza de San Pedro, y posteriormente solicitó un aplauso por los nuevos beatos, según informa Vatican News.
Su martirio comenzó durante la Semana Santa de 1871. El 6 de abril, Jueves Santo, fue detenido el padre Mathieu Henri Planchat, del Instituto de San Vicente de Paúl; el 12 de abril siguiente, Miércoles Santo, fue el turno de los padres Ladislas Radigue, Polycarpe Tuffier, Marcellin Rouchouze y Frézal Tardieu, de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María y de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento. Murieron el 26 de mayo durante la masacre de la calle Haxo. Ese día perecieron cincuenta prisioneros, ejecutados por la Comuna dos días antes de la toma total de París por las tropas versallescas de Adolphe Thiers.
«Las circunstancias en las que se vieron envueltos y fueron víctimas (y obviamente no sólo ellos, sino varias decenas de personas más masacradas por la violenta locura de los revolucionarios) constituyen una historia enmarañada y compleja en la que se entrecruzan todo tipo de instancias, viejas y nuevas condiciones, ideologías sociales y sentimientos antirreligiosos, apelaciones a la verdad pero también ríos de mentiras hasta formar una mezcla que envenena al hombre». Son las palabras del cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, en su homilía de la misa de beatificación celebrada en la iglesia de Saint-Sulpice, en París, en la tarde de este sábado 22 de abril.
El bien no hace ruido
La historia de estos mártires, prosiguió el Prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, «se convierte también en una advertencia para hoy» y en una «historia de esperanza». Citando a Benedicto XVI, el cardenal italiano recordó que si a veces el bien «puede parecer frustrado por el abuso y la astucia, en realidad sigue trabajando en silencio y discreción, dando frutos a largo plazo. Es la renovación social cristiana, basada en la transformación de las conciencias, en la formación moral, en la oración» (homilía del 14 de junio de 2008).
Precursor del catolicismo social, el padre Henri Planchat dedicó su ministerio a la evangelización del mundo obrero y a los niños de la Primera Comunión. Su influencia fue paradójica en una sociedad anticlerical y que quería prescindir de Dios. El ejemplo de este servidor humilde y fiel todavía puede inspirar a los cristianos, afirma el padre Yvon Sabourin, miembro de la congregación de los religiosos de San Vicente de Paúl y postulador de la causa de beatificación del padre Planchat.