Galicia ha sido la primera comunidad autónoma que ha identificado el severo problema de natalidad que se avecina. La falta de nacimientos aboca a la sociedad gallega (la española está en la misma situación) a una reducción drástica de servicios sociales como las pensiones debido a la quiebra del sistema de bienestar.
Sin embargo, el tímido intento de Galicia es paradójico. A través del portal de Transparencia, el Gobierno gallego abrió en febrero una ventana a la ciudadanía para que hiciera llegar propuestas para ser estudiadas para su inclusión en la futura Lei de Impulso Demográfico de Galicia. Transcurridos los 15 días habilitados para realizar dichas aportaciones, nadie -ni personas individuales, ni colectivos, ni asociaciones u organizaciones- presentó ninguna,.
La Consellería de Política Social consideró que «non é extraordinario» que nadie se haya interesado por plantear alguna idea cuando se abre en ocasiones la posibilidad a la sociedad de tomar la palabra por la vía abierta desde la Xunta, pero en la misma invitación que el Ejecutivo hizo para animar a enviar sugerencias para luchar contra el problema demográfico se recalcó que en esta ocasión se trata de una ley de peso notable, con un «carácter global e transversal e sen precedente normativo anterior».
Y es que la natalidad no es un problema que se haya tratado de manera amplia en la opinión pública. Ni los medios de comunicación se fijan en él, ni los partidos políticos los consideran en sus programas ni los gobernantes llaman la atención sobre él
En la explicación de la consulta abierta sin resultado finalmente la Xunta señalaba que «Galicia está a experimentar de cheo o fenómeno que se coñece como segunda transición», que es la etapa surgida desde la II Guerra Mundial y que registra un fuerte descenso de la fecundidad. «O actual réxime demográfico de Galicia, de modo parello ao de España e Europa, caracterízase polo envellecemento de estrutura por idades da súa poboación, ao ter unha alta proporción de individuos en idades avanzadas», describe el texto que animaba a hacer aportaciones.
Ahora se abre un plazo para que los grupos políticos hagan sus propuestas al anteproyecto de ley, representantes de universidades, sindicatos, CES, IGE, Delegación del Gobierno, ayuntamientos y Xunta ya consensuaron en el Observatorio Galego de Dinamización Demográfica un texto técnico que será aprovechado para confeccionar la citada ley.
Una propuesta desorientada: los baños masculinos
Lo sorprendente ha sido la noticia que se ha hecho pública que mezcla natalidad con ideología de género. La Xunta de Galicia obligará en esa Ley a que los futuros edificios públicos cuenten con cambiadores para bebés también en los baños para hombres.
Actualmente este tipo de respaldos que facilitan el cambio de pañales se encuentran mayoritariamente en los lavabos de las mujeres, pero esto cambiaría en los nuevos espacios de uso público, ya sean de titularidad privada como de una administración. Tanto el baño de caballeros como el de señoras deberán tener cambiador, a no ser que haya un cuarto de uso mixto para tal efecto.
Para Galicia, esta es una medida para facilitar la crisis de natalidad.