Hoy, 6 de junio de 2025, ha comenzado en la ciudad de Valladolid el esperado Congreso Internacional sobre el Corazón de Jesús “Cor Iesu, Spes Mundi”, una cita de especial profundidad espiritual y teológica que se prolongará hasta el próximo domingo 8.
La fecha, lejos de ser casual, se enmarca en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, y coincide providencialmente con el Jubileo de la Redención “Peregrinos de la Esperanza”, convocado por el Papa Francisco para 2025.
El congreso se celebra con motivo de los 350 años de las apariciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María de Alacoque en Paray-le-Monial, un aniversario que vuelve a traer al centro de la vida eclesial la devoción, la confianza y la esperanza que brotan del Corazón traspasado del Redentor.
En palabras del Papa Francisco en la bula Spes non confundit, con la que convocaba este Jubileo: “La esperanza nace del amor y se funda en el amor que brota del Corazón de Jesús traspasado en la cruz”. A esta luz, el lema del Congreso —“Cor Iesu, Spes Mundi” (Corazón de Jesús, esperanza del mundo)— es como un eco contemporáneo del Evangelio eterno, ofreciendo a nuestra época herida y una sociedad herida.
Impulsores del Congreso
Este Congreso Internacional sobre el Corazón de Jesús ha sido impulsado y organizado por el Arzobispado de Valladolid, en estrecha colaboración con el Instituto del Corazón de Cristo, con sede en Toledo.
La celebración del evento cuenta, además, con el patrocinio de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y UMAS, Mutua de Seguros, entidades que comparten el deseo de promover iniciativas que fortalezcan la vida de fe y la evangelización en el ámbito público.
Junto a ellos, han prestado su apoyo como entidades colaboradoras la Archidiócesis de Toledo, Schola Cordis Iesu, comunidad centrada en la difusión y vivencia profunda de la espiritualidad del Corazón de Cristo y la institución católica Educatio Servanda, promotora de centros educativos católicos. Su presidente, Juan Carlos Corvera y varios directores de sus colegios, Juan Pablo II, participan en esta cita eclesial, como testigos de una educación que pone el Corazón de Cristo en el centro, tanto de la formación académica como del acompañamiento espiritual de niños y jóvenes.
Programa de inauguración
El Congreso, que ha sido inaugurado con una Misa presidida por Mons. José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, se articula en cuatro grandes secciones, con ponencias, mesas redondas, celebraciones litúrgicas y momentos de oración.
Las actividades se desarrollan en tres lugares emblemáticos de la ciudad: la Sala Borja de los jesuitas, el Santuario de la Gran Promesa y el Centro de Espiritualidad.
En la primera jornada, titulada “Desde Paray le Monial, una luz que alumbra la esperanza”, ha destacado la ponencia inaugural del Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, centrada en el papel del Sagrado Corazón en el magisterio pontificio.
Le han seguido intervenciones del Rector del Santuario de Paray-le-Monial, del Dicasterio para la Comunicación y de teólogos y consagradas que han reflexionado sobre la fidelidad del Corazón de Jesús a sus promesas, especialmente en el contexto de la juventud, la familia y la consagración.
La jornada de hoy culmina, como no podía ser de otro modo, con una Hora Santa presidida por Mons. Francisco Cerro Chaves, Arzobispo de Toledo y gran promotor de la espiritualidad del Corazón de Jesús en España.
Puedes consultar el programa completo de estos días aquí.
Una oportunidad para volver al Corazón
Este Congreso es un llamamiento de la Iglesia a volver al Corazón de Cristo, a redescubrir que en medio de las incertidumbres del mundo contemporáneo, la esperanza no es un concepto, sino una Persona: Jesús. Traspasado, vivo, amante, reinante.
Este Congreso internacional ofrece una gran verdad: el Corazón de Jesús no es un símbolo piadoso del pasado, sino el refugio seguro para el presente y la llave para construir el futuro.
Como recuerda la Gran Promesa revelada al Beato Bernardo de Hoyos en esta misma ciudad de Valladolid: “Reinaré en España”. Y donde Él reina, renace la esperanza.
