Nos quieren imponer las ideas de una corriente pedagógica trasnochada y superada de finales de siglo XIX y principios del s. XX, cuya tesis consistía en decir que la educación debe ser pública, única y laica.
Esto nos lleva a la hemeroteca y descubrimos que en 1984 la Diputación de Albacete rescindió el convenio que mantenía durante 20 años con el Colegio de los Salesianos. Esta situación fue un hecho lamentable por ser Albacete la única ciudad donde la Congregación Salesiana, fundada en 1859 por San Juan Bosco, cesó su actividad educativa, a pesar del legado educativo y social que los salesianos promovieron durante 20 años tanto en la ciudad como en los más de 2.000 alumnos que convivieron en el Centro.
Económicamente también se vio perjudicada la ciudad. Los Tribunales de Justicia dieron la razón a los salesianos y el erario público tuvo que desembolsar una gran cantidad de dinero en concepto de indemnización (40 millones de pesetas y 20 más en concepto de intereses de demo ra). En el último año de estancia de los Salesianos había 150 alumnos becarios y la Diputación albaceteña sólo aportaba 3 millones de pesetas anuales.
De hecho, la Diputación asumió directamente la gestión del centro a partir de 1984, cambiando el nombre del colegio por el de “Giner de los Ríos”, queriendo así emular a la Institución Libre de Enseñanza que él promovió. El coste económico que hemos tenido que pagar los albacetenses ha sido mucho mayor, multiplicándose con creces cada curso. Los resultados están ahí, en el presente año se ha tenido que cerrar el emblemático edificio por falta de alumnado.
Cuando el gobierno de una nación quiere asumir la responsabilidad que cada padre y cada madre tiene con respecto a sus hijos, convirtiéndose en Papá Estado, es entonces cuando transforma el deber constitucional de ser garante de los derechos de los padres por ostentar avasalladoramente unas funciones que no le son dadas en un país democrático. Y pasa lo que pasa, deterioro de la calidad educativa, fracaso escolar, faltas de respeto, autoridad minusvalorada de los profesores…
Por mucho que se invierta en recursos materiales y humanos, si falla lo más importante, esto es, la libertad de elección de centro y de estilo educativo, de poco sirve para mejorar la enseñanza.