El cardenal Robert Sarah está trabajando en un nuevo proyecto: un libro que explora la importancia de la música bella y sacra en la liturgia.
Bajo el título provisional «El canto del Cordero: Música sacra y liturgia celestial», el libro promete ser una guía práctica para sacerdotes y músicos que deseen renovar y restaurar la calidad y la belleza de la música litúrgica en las iglesias. Este esfuerzo no es solo una reivindicación de la excelencia musical, sino también una invitación a redescubrir la conexión profunda entre la belleza, la liturgia y la experiencia espiritual de los fieles.
La belleza en la Liturgia
Durante su discurso el 15 de enero en la Tercera Conferencia Internacional del Clero Católico en Roma, el cardenal Sarah destacó que la belleza es una parte esencial de la celebración de la Misa.
No se trata simplemente de un ideal estético, sino de un componente inherente y pastoral de la liturgia.
La belleza en la liturgia tiene el poder de elevar las almas, de orientar a los fieles hacia Dios y de ser un reflejo de la armonía celestial.
Un aspecto clave de esta belleza es la música sacra.
Para el cardenal Sarah, esta no es un simple acompañamiento de las ceremonias, sino una parte integral de la celebración litúrgica adecuada.
Citando al Papa Benedicto XVI en Sacramentum Caritatis, enfatizó que la música sacra tiene el propósito de corresponder al misterio celebrado, respetando la estructura del rito y los tiempos litúrgicos.
Formación y renovación musical
Uno de los objetivos centrales del libro del cardenal Sarah es abordar los problemas prácticos que encuentran los sacerdotes y músicos en la implementación de una música litúrgica verdaderamente bella.
Según el cardenal, este trabajo es especialmente importante en contextos donde las comunidades, aunque bienintencionadas, tienen una formación errónea o limitada en música sacra.
Sarah no ignora las dificultades que pueden surgir en este proceso.
De hecho, reconoció que la introducción de cambios en la música litúrgica puede generar tensiones, especialmente cuando las preferencias personales prevalecen sobre la búsqueda de la belleza objetiva que la liturgia exige.
Frente a estas adversidades, el cardenal anima a los sacerdotes a actuar con caridad, paciencia y una preocupación sincera por la verdad, para guiar a sus comunidades hacia un descubrimiento más profundo de la riqueza del patrimonio musical de la Iglesia.
Uno de los elementos que el libro buscará resaltar es el valor del canto gregoriano, descrito por el cardenal como una joya del patrimonio musical de la Iglesia. Sin embargo, el texto también abordará la importancia de las composiciones litúrgicas modernas que, en palabras de Sacramentum Caritatis, deben corresponder al significado del misterio celebrado y a las exigencias de los tiempos litúrgicos.
Peter Carter, fundador del Proyecto de Música Sacra Católica, está colaborando estrechamente con el cardenal en la creación del libro. Juntos, esperan que el texto se convierta en una herramienta valiosa para las comunidades parroquiales, contribuyendo a elevar el nivel de la música litúrgica en todo el mundo. Su publicación está prevista para finales de este año, bajo el sello de Ignatius Press.
