Entre cantar en la ducha y ante un auditorio de canto lírico hay un trecho. Para cantar bien se requieren dos cosas: tener el don y el ejercicio del canto con su aprendizaje. Éste existe a distintos niveles. Con partitura delante y sin ella. Cantar es una facultad del ser humano que debe ponerse en práctica para que no se oxide. El primer condicionante es querer aprender mejorando siempre.
En la actualidad (desde que tengo uso de razón) se desafina mucho en todas partes, templos incluidos. Son verificables dos actitudes. Está muy extendida la de no abrir la boca, trátese del templo o de una reunión familiar. Hay otra muy extendida en los templos. Se trata de la de cantar chillando fuera de tono. Esta actitud provoca que la persona que sabe cantar deba contentarse con callarse.
En la educación, empezando por la niñez, no se educa en la música ni en el canto. Cuando se da suele ser con un planteamiento laico alejado del templo. A lo largo de mis años lo he pasado muy mal con la actividad del canto, dentro y fuera del templo. Tengo experiencia en no abrir boca o abrirla por lo bajini. No obstante, a veces se presentan ocasiones únicas. A mí se me ha presentado una. La aproveché al vuelo.
Es muy común en ambientes de canto normal voluntario una canción concreta de carácter lírico. En el siglo XIX, il signore Giuseppe Verdi compuso la ópera lírica Nabucco. Me place reproducirles el texto de un fragmento y su grabación doméstica de móvil, en plan karaoke. Con una pantalla fija de móvil se reproduce la letra. Mientras alguien graba con otro móvil, mi hija soprano canta y yo doblo su voz en la octava inferior. Partió de ella el hecho de cantar los dos. https://youtu.be/4c6349sshEc
Va, pensiero, sull’ali dorate; va, ti posa sui clivi, sui colli, ove olezzano tepide e molli l’aure dolci del suolo natal! Del Giordano le rive saluta, di Sionne le torri aterrate… Oh mia patria sì bella e perduta! Oh membranza sì cara e fatal! Arpa d’or dei fatidici vati, perché muta dal salice pendi? Le memorie nel petto raccendi, ci favella del tempo che fu! O simile di Solima ai fati traggi un suono di crudo lamento, o t’ispiri il Signore un concento che ne infonda al patire virtù. che ne infonda al patire virtù che ne infonda al patire virtù al patire virtù!.
Observación: A partir del Arpa d’or se canta en lírica a seis voces. No es difícil doblar en bajo la voz de soprano. Es muy factible este canto en canto coral a nivel aficionado con un director que entienda.