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Bendición a unas «esposas» en Chicago

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La reciente acción del Padre Joseph Williams de bendecir públicamente a una pareja del mismo sexo en Chicago abre un duro debate sobre la fidelidad doctrinal y la autoridad en la Iglesia Católica.

División

Este gesto, respaldado por la interpretación del documento del Vaticano Fiducia Supplicans, ha puesto de relieve una división preocupante dentro del clero, evidenciando una crisis seria en términos de fe y lealtad al Magisterio de la Iglesia.

El vídeo, compartido ampliamente en redes sociales, captura al Padre Williams realizando la bendición a una pareja del mismo sexo, en la parroquia de San Vicente de Paúl, vinculada a la Universidad Católica DePaul de Chicago.

Estas imágenes no solo atacan abiertamente la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la sexualidad, sino que también revelan una tendencia alarmante hacia la flexibilización doctrinal que destruye la integridad de la fe católica.

Interpretación de Fiducia Supplicans

La justificación del Padre Williams, basada en una interpretación presuntamente amplia de Fiducia Supplicans, plantea interrogantes morales significativos al intentar reconciliar la «cercanía pastoral» con la fidelidad doctrinal.

¿No se trata de un acto de manipulación ideológica que compromete los principios fundamentales de la Iglesia?

La bendición

En el viral  vídeo, el padre Williams pregunta a la pareja: «Kelli y Myah, ¿os comprometéis libremente a amaros como santas esposas y a vivir juntos en paz y armonía para siempre?», y ambas responden: «Sí».

«Dios amoroso, aumenta y consagra el amor que Kelly y Myah se tienen», dice el Padre. «Los anillos que se han intercambiado son el signo de su fidelidad y compromiso».

«Que sigan prosperando en tu gracia y bendición», afirma, y finaliza con estas palabras: «Que la bendición de Dios sea vuestra, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, amén».

Más allá de bendecir

Se sostiene que Fiducia Supplicans, fue suficientemente explícita al afirmar que las bendiciones a parejas del mismo sexo no deben interpretarse como una aprobación de sus relaciones sexuales.

Sin embargo, la acción del Padre Williams va más allá al bendecir la relación en el contexto de un compromiso «matrimonial», reflejando un relativismo contemporáneo que busca reinterpretar selectivamente la doctrina católica.

El párroco en unas declaraciones ratificó que su interpretación de la Fiducia Supplicans es que «las parejas del mismo sexo pueden ser bendecidas siempre y cuando no refleje una situación matrimonial… siempre y cuando quede claro que no es un matrimonio». Pero no fue el caso

La posición del Padre Williams y otros clérigos que justifican estas bendiciones como expresiones de «amor» y «aceptación» no solo borra las líneas entre su ministerio y la enseñanza moral, sino que también amenaza con profundizar la división dentro de la Iglesia. Este acto no es simplemente una simple bendición, sino una ofensa a la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia.

La controversia desatada por Fiducia Supplicans desde su publicación revela divisiones profundas dentro del episcopado, con algunos obispos acogiendo la declaración con entusiasmo, mientras que otros la rechazan abiertamente. 

Esta fragmentación es un síntoma alarmante de una Iglesia. La bendición del Padre Williams no es simplemente un acto localizado en Chicago, sino un reflejo de una lucha más amplia por la autenticidad y la fidelidad en el seno de la Iglesia Católica.

Se sostiene que Fiducia Supplicans, fue suficientemente explícita al afirmar que las bendiciones a parejas del mismo sexo no deben interpretarse como una aprobación de sus relaciones sexuales. Share on X

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2 Comentarios. Dejar nuevo

  • Diógenes
    5 mayo, 2024 22:17

    Esta parodia no tiene nada que ver con el espíritu de Fiducia Supplicans. La bendición de este compromiso debería haberse hecho de forma que no remedase el sacramento del matrimonio y además en privado, sin la difusión mediática que ha tenido.

    Pero más acá de que contravenga el magisterio de la Iglesia, que un sacerdote católico se preste a semejante esperpento es un síntoma de que ha perdido no ya el norte, sino el mero sentido común.
    La fórmula “¿os comprometéis libremente a amaros como santas esposas (…)” es absurda hasta la ridiculez, y a fin de cuentas es una mofa hacia estas dos mujeres, como quien dice una tomadura de pelo. Una esposa lo es en relación a un marido, no a una esposa. Estos pares que existen en función uno del otro, porque se oponen y se complementan, existen en muchos ámbitos de la vida cotidiana: maestro-alumno; madre-hijo; aguja-hilo; tornillo-tuerca… y esposo-esposa. Uno sin el otro carecen de sentido, y si existe uno es porque existe el otro.
    La relación entre dos mujeres, por mucho que se amen, no puede ser de dos esposas. Pueden ser dos personas que convivan durante toda la vida, pero eso no las convierte en esposas, simplemente porque para serlo les faltan dos esposos, uno para cada una. Es una cuestión de pura lógica.
    Hablar de esposas, en este caso de Chicago, es jugar con la palabra “esposa” haciendo trampa, lo cual, además de ser una broma de mal gusto, es una burla grotesca del sacramento del matrimonio. La Iglesia Católica no se merece esto, y estas dos mujeres tampoco.

    Responder
  • Se puede be decir a las personas individualmente (pero esto siempre se puede), pero no a la pareja como tal, según entiendo del documento del Papa.

    Responder

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