El cardenal y arzobispo de Lyon Philippe Barbarin, ha sido absuelto de la acusación de haber encubierto casos de pederastia en su diócesis.
El cardenal francés había presentado su dimisión al papa Francisco tras una condena anterior, que en primera instancia le impuso una pena de seis meses de prisión, que no tenia que cumplir. Ahora, la sentencia es firme.
El obispo de Roma decidió no cesar al arzobispo precisamente hasta que la sentencia fuera firme, como es el caso. Por lo tanto, podrá continuar con su labor apostólica al frente de la diócesis.
Sorprende la manera en la que los medios de comunicación españoles e internacionales, que en su momento abrieron sus cabeceras con grandes titulares la imputación del cardenal, ahora tratan la noticia de la absolución.
Las noticias que se leen no ocupan las portadas ni los lugares destacados y toda la brama con la que se presentó el caso queda ahora diluida en gacetillas que cumplen. Se podría deducir que ciertos medios desarrollan un discurso específico contra la Iglesia y magnifican o minimizan las noticias dependiendo de cómo afecta a la imagen del catolicismo.
Barbarin, ¿chivo expiatorio?
El arzobispo fue juzgado tras la denuncia de asociaciones de víctimas de los abusos cometidos por el clérigo Bernard Preynat entre 1971 y 1991 y que se encontraba bajo el gobierno canónico de Barbarin.
El Tribunal Correccional de Lyon consideró en primera instancia que había ocultado esos hechos para «preservar la institución», por lo que dictó contra Barbarin, uno de los clérigos más influyentes de Francia, una condena que fue considerada simbólica.
Aunque se dimisión no fue aceptada, Barbarin ha mantenido un perfil bajo. El abogado del arzobispo, André Soulier, dijo estar «más que satisfecho» por la absolución dictada en apelación este jueves, un veredicto que también solicitaba la Fiscalía.
Para el letrado, su cliente, que no acudió al tribunal, no podía «purgar todos los pecados cometidos» en la institución, lo que le habría convertido en «una víctima expiatoria».