La morosidad ha aumentado en los últimos meses, según los últimos datos del Banco de España. La ratio de morosidad se sitúa así en el mismo nivel del mes de febrero y suma dos meses de suaves subidas. Asimismo, se sitúa por debajo del 4,73% registrado en mayo de 2020.
El aumento de la ratio de morosidad se produce a la vez que se registra una caída del crédito total concedido y llega en un contexto en el que los principales organismos internacionales y nacionales, así como firmas crediticias, han venido advirtiendo de que, pese a que se ha mantenido contenida gracias a las medidas de apoyo desplegadas para hacer frente a la crisis, la morosidad aflorará a medida que venzan los avales públicos y las moratorias de crédito.
El Banco de España ya ha identificado los primeros indicios de un potencial deterioro en la calidad crediticia de los préstamos, como son el fuerte aumento del crédito en vigilancia especial, que es aquel en el que el riesgo de impago ha aumentado significativamente desde su reconocimiento inicial, pero no lo suficiente como para clasificarlo como dudoso.
Además, ha constatado que las señales de deterioro crediticio en las carteras de préstamos avalados y en moratoria son «significativamente superiores» a las del resto de las carteras. La mayoría de las moratorias vigentes vencía a lo largo del segundo trimestre.
Otro de los cambios que se han producido en el sector bancario en el primer tramo del año es que los créditos ICO que el Gobierno de Pedro Sánchez puso en marcha para paliar los efectos de la Covid-19 han ido perdiendo presencia, conforme se iban retirando las restricciones y se incrementaba el alcance de la campaña de vacunación.
Durante el primer estado de alarma llegaron a concentrar hasta el 50% de los préstamos que las entidades bancarias pusieron a disposición de sus clientes. Sin embargo, actualmente ya solo representan el 10% de las operaciones que se suscriben. Un fenómeno que el Banco de España atribuye a que las empresas ya no tienen la urgencia de conseguir liquidez a corto plazo.
Su último balance cifra el importe puesto sobre la mesa para financiar estas líneas de crédito excepcionales por el Covid-19 en los 40.000 millones de euros desde el inicio de la crisis sanitaria. El plazo para su solicitud se ha mantenido hasta el 31 de diciembre de 2021, debido a los últimos coletazos de la pandemia.
El Banco de España ya ha identificado los primeros indicios de un potencial deterioro en la calidad crediticia de los préstamos que es aquel en el que el riesgo de impago ha aumentado significativamente desde su reconocimiento inicial Share on X