Pedro Almodóvar muestra su apoyo a la eutanasia con el estreno de su primer largometraje en inglés, “The Room Next Door”, presentado en el Festival de Cine de Venecia el pasado 2 de septiembre. Se trata de su primera película para el mercado americano.
Pese a recibir una gran ovación en su presentación, la temática del film ha generado duras críticas en redes sociales.
Apoyo a la eutanasia
El cineasta manchego no ha dudado en posicionarse públicamente a favor de la legalización de la eutanasia.
Durante la promoción de la película, Almodóvar cuestionó que en España, a pesar de la existencia de una ley que regula la eutanasia, no siempre se garantiza el derecho a morir dignamente. «Uno debe poder decidir en determinadas circunstancias, sobre todo cuando la vida ofrece nada más que dolor y sufrimiento», afirmó el director.
En «The Room Next Door», Tilda Swinton interpreta a una reportera de guerra con cáncer terminal, y Julianne Moore a su amiga, una escritora que la acompaña en su decisión de terminar con su vida.
La película se desarrolla en una villa apartada, donde la protagonista espera el momento para tomar una «píldora de la muerte», un recurso demasiado idealizado.
Idealización de la eutanasia
La película ha sido criticada por su enfoque unilateral del tema, presentando una visión casi idílica del proceso de eutanasia y dejando poco espacio para el debate ético.
La película ha sido aplaudida principalmente por quienes buscan utilizarla como un emblema para promover la aceptación pública de la eutanasia legal, dejando en segundo plano su verdadero mérito artístico.
No obstante, se trata de un film relativamente convencional que no refleja el estilo característico de Almodóvar. “La habitación de al lado” parece más una producción cuidadosamente diseñada para captar al público norteamericano y, por extensión, global, con un toque de la tendencia ideológica «woke».
1 Comentario. Dejar nuevo
No he visto la película, ni pienso verla, pero siendo su director quien es y por lo que leo, debe tratarse de un videoclip de propaganda para que los españoles compren la reciente ley de Eutanasia del PSOE&Cia y de paso vender las bondades de la “muerte digna” en Europa y EEUU. Todo envuelto en bellas imágenes, en sentimentalismo lacrimoso, y acompañado con el tópico de la solidaridad, que siempre queda bien.
Para hacerse cargo de la mentalidad de este cineasta basta con leer esta noticia que apareció en abril de este año, a propósito de la carta de Pedro Sánchez en la que comunicaba su retiro de cinco días para reflexionar sobre su futuro como Presidente:
«Me topé de bruces con la carta de Pedro Sánchez en televisión y me eché a llorar.”
El cineasta defendió que este mensaje del líder del PSOE «no es una sorpresa» para él, pues cree que no hay «ser humano que resista lo que el más resistente de nuestros presidentes ha estado sufriendo en los últimos años».
«No me extrañó que se rompiera y me provocó tal indefensión que me puse a llorar como un niño», consideró. «(Es) un gesto que nos muestra a un hombre brutalmente herido y roto (…) Parece que a Pedro Sánchez no se le reconoce su humanidad, está obligado por su cargo a ser sobrehumano».
Es decir, que se daban las circunstancias para que, según los valores de Almodóvar, Pedro Sánchez solicitase la eutanasia.
En fin, ahí se ve la falta de sentido crítico de Almodóvar y su sesgo ideológico-político., además de su implicación sentimental sin control de la razón. De ahí el “enfoque unilateral del tema” que ha perpetrado en la película, y lo absurdo de la frase que exhibió para agradecer el premio:
«Uno debe poder decidir en determinadas circunstancias, sobre todo cuando la vida ofrece nada más que dolor y sufrimiento»
Absurdo porque si uno puede decidir su muerte lo puede hacer en cualquier circunstancia, ya sea porque la vida no le ofrece lo que desea, o porque no le gusta vivir. Almodóvar no es nadie para promulgar en qué circunstancias una persona puede solicitar la eutanasia. Y ningún gobierno tiene derecho a legislar limitándolas. La eutanasia, o es para todos, en cualquier circunstancia, o no es para nadie.