Este martes, 24 de noviembre, ha tenido lugar el encuentro digital sobre las elecciones catalanas titulado “El riesgo de una gran abstención en las elecciones de febrero. Escenarios posibles, causas, consecuencias políticas”.
El evento ha estado organizado por la plataforma Converses a Catalunya, que promueve el diálogo desde el sentido cívico, catalanista y europeísta; y el intercambio de ideas ante la situación de conflicto que vive Cataluña.
En el encuentro han participado Josep Miró i Ardèvol, miembro de Converses a Catalunya; Carlos Castro, especialista en análisis electoral de La Vanguardia; el abogado Miquel Vilanova; el editor Fèlix Riera; y el miembro de la plataforma Converses a Catalunya, Eugeni Gay.
El evento, ha sido retransmitido por streaming en la red social Facebook y se puede a continuación:
En su intervención Miró i Ardèvol ha destacado el enfoque este segundo encuentro. “Consideramos que es bueno una reflexión en torno a la abstención porque las elecciones se producirán en un contexto particular: una crisis generalizada que conmueve nuestra sociedad y que afecta a las personas por razones muy diferentes”.
“No se pueden ver las cosas desde la misma manera”, según Miró i Ardèvol por las situaciones de elevado coste social de esta crisis, el impacto económico, el sufrimiento por las pérdidas familiares y la situación de indefensión en la que se encontraron las personas mayores.
El miembro de Converses a Catalunya ha apuntado la carencia de propuestas de los partidos políticos ante la situación actual, lo cual puede afectar la participación en las elecciones y los cambios de tendencia en la intención de voto, “es por eso que decidimos abordar este tema”, ha concluido Miró i Ardèvol.
Por su parte, Fèlix Riera, autor del artículo de La Vanguardia “El partido de la abstención” recuerda el sentido de responsabilidad vinculado al voto que suscitó las primeras elecciones democráticas en la Transición en 1977. “Una persona que entonces se decidiera por la abstención se podía considerar una persona que huía de su compromiso cívico de una clara voluntad democrática. El 79% de ciudadanos españoles votaron en aquella ocasión y un 21% que se abstuvo de votar”.
Hoy en día nos encontramos frente a una eventualidad diferente, según Riera, porque existe un desencanto en “ir a votar a unas elecciones en las que no tengo a ninguna fuerza política que me representa y que, además, la victoria probable del grupo independentista utilizará mi voto para legitimar su mantenimiento en el poder”.
La abstención “no es una huida de responsabilidad”, ha proseguido, “si no enfocar la falta de opciones políticas representativas”.
Seguidamente, Carlos Castro ha apuntado que efectivamente un grado elevado de abstención “nos podría condenar a un día de la marmota político incluso con una mayoría independentista artificial también en votos, que no respondiera a la realidad social del país como se ha visto en otras elecciones de mayor participación”.
Castro ha considerado que “el mito” de que la abstención beneficia a las opciones de los partidos independentistas “no es del todo cierto” y ha repasado algunas de las elecciones autonómicas catalanas en las que no se cumplió el tópico.
Por lo tanto, “al nacionalismo -prosigue el analista- no le beneficia la abstención, sino una determinada abstención y eso se explica por el concepto del voto dual que se resume con la expresión de que en Cataluña no se vota siempre lo mismo ni votan siempre los mismos”.
Castro ha apuntado que “lo que sí beneficia al nacionalismo catalán es el sistema electoral español que tenemos desde 1980 y que no hemos sido capaces de reformular en una versión catalana que fuera equilibrada y representativa”.
A continuación, Miquel Vilanova ha querido analizar qué se oculta tras la abstención y qué podría hacer la ciudadanía para evitar la abstención, ya que para él, ese fenómeno representa “una huida de la comunidad y un dejar de participar de las instituciones”.
“El abstencionismo es una opacidad del sentido político, institucional o social de la gente porque cuando uno vota, sabe qué decisión está tomando más o menos, pero tras el abstencionismo no podemos saber qué hay”. “Tenemos que saber qué hay detrás del velo del abstencionismo”, ha explicado. “Cuando la ciudadanía deja de decidir en un índice muy alto, yo creo que ese es el inicio de la decadencia de la política y de la democracia porque alguno tomará el poder de decidir por nosotros”, ha aseverado.
Finalmente, Eugeni Gay ha centrado su intervención en la necesidad de poner al derecho en el centro. “La sociedad -ha explicado- no puede vivir sin el derecho, ni constituirse ni pensarse. El derecho que puede ser de muchas maneras, ha ido creciendo con el estado de derecho, un estado que cambia completamente las relaciones interpersonales y las relaciones con el poder”.
“Los derechos fundamentales no son un grito al viento, son lo que sostiene el ordenamiento jurídico dentro de la Constitución y derivado a esa Constitución. Esta Constitución nos ha llevado a las más altas cotas de libertad que se ha tenido en este país”, ha añadido.
Gay ha afirmado que vivimos tiempos preocupantes: “cuando los partidos constitucionalistas y los gobiernos que los encabezan lanzan a la gente a la calle para manifestarse y para imponer sus ideas en lugar de pactarlas y de conjugarlas con el resto de las fuerzas políticas, actúan con deslealtad”.
“La democracia es un acto de humildad por el bien de la colectividad”, ha concluido Gay.
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¿Necesita la sociedad catalana una ley electoral cómo el resto de Comunidades Autonómicas o por el contrario debemos continuar sin libertad electoral en nuestra casa?