El estado de alarma sanitario provocado por la pandemia del Coronavirus está dejando situaciones esperpénticas. Mientras no se está permitiendo que los fieles accedan a las misas, se publicita que el aborto sigue siendo una «atención de urgencia».
Un anuncio en el diario El País de la Asociación Derechos sexuales y Reproductivos (en su traducción del catalán) promueve la cultura de la muerte a partir del aborto promocionándolo incluso en los tiempos que se vivien.
El anuncio, que se puede ver a continuación, afirma: «La Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) continua siendo una atención de urgencia a la cual se puede acceder a través de los servicios de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (ASSIRs) de referencia en Cataluña».
Y continúa, «También siguen operativas las clínicas por el IVE instrumental y el Centro Joven de Atención a las Sexualidades (CJAS) como espacio de atención». A continuación el anuncio de El País:
El aborto, la «gran pandemia mundial»
En relación al aborto y la situación que vivimos, un obispo italiano ha denunciado que «la gran pandemia mundial es el aborto legal», que mata seis millones de seres humanos al año.
Para monseñor Alberto María Careggio, obispo emérito de la diócesis de Ventimiglia y Sanremo, Italia, existe un virus que hace mucho tiempo se arrastra en el mundo. Hay una gran pandemia que nadie osa apuntar: seis millones de abortos legalizados en el planeta todos los años.
En un artículo publicado en el portal de la diócesis, el prelado asegura que no es posible saber «cuánto tiempo durará la pandemia del coronavirus, ni cuántos días todavía tendremos que oír el boletín de las muertes, los infectados y los recuperados. ¿Qué ocurriría si lo mismo fuese hecho para los más de seis millones de abortos legalizados en todo el mundo? Esa también es una pandemia que mata la conciencia de aquellos que la practican y la de los gobernantes que, al legislar, pretenden eliminar el horror del asesinato«.
Finalmente, concluye, «legalizar no significa para nada moralizar una acción que es contra la vida: se dice popularmente que [el aborto] clama venganza delante de Dios; ¡y bien, es así! El heroísmo de todos aquellos que hacen lo posible para salvar la vida de otras personas con el riesgo propio es más edificante. Eso enuncia que el mal no tiene la última palabra. De la catástrofe y los escombros de esta pandemia, debemos esperar el despertar de esos valores humanos y cristianos, de amor y solidaridad, de altruismo y generosidad, de compasión y ternura, adormecidos, pero no desaparecidos: son y continúan siendo la marca de la mano de Dios que él quería crear al hombre a su imagen, semejanza y sueños de nuevos hombres para una nueva sociedad».
2 Comentarios. Dejar nuevo
Lamentablemente los datos que se ofrecen en este interesante artículo me parece que son erróneos. Según información de fecha del 28-9-2017 publicada en El Mundo «cada año se producen 55,7 millones de abortos en el mundo, un 45% de los cuales -la cifra alcanza los 25,5 millones- se realiza sin garantías de seguridad. Estas son las conclusiones de un informe, liderado por la Organización Mundial de la Salud y el Instituto Guttmacher de Nueva York (EEUU), …». Si los datos son ciertos la diferencia entre 55,7 y 25,5, esto es, 30,2 millones se realizan con «garantías de seguridad» para la madre que aborta (no para el hijo, mejor dicho, hija, que es abortada – téngase en cuenta que la mayoría de los fetos abortados son mujeres, precisamente a causa del machismo dominante en China e India) por tanto si se realizan con «garantías de seguridad» es que se producen en paises donde esta legalizado. Así pues, este real genocidio pandémico del aborto no produce 6 millones de abortos legalizados, como piensa erróneamente monseñor Alberto María Careggio, sino 30, 2 millones, o sea cinco veces más.
No creo equivocarme si afirmo que la mayoría de los abortos son causados, por presión, del machismo dominante, frente al cual muchas mujeres ceden por miedo a quien les presiona, o a asumir solas la carga del hijo/a. Y frente a tal situación el «feminismo dominante» opta por hacer, de hecho, causa común con aquel machismo, reclamando que el aborto sea un derecho (sometido, de hecho, a la presión machista) para acabar con la vida del que está por nacer, que mayoritariamente es mujer. El feminismo histórico luchaba por el pacifismo y la no violencia oponiéndose a diversas guerras (1ª Guerra Mundial, etc), era consecuente y humanista defendiendo la vida de todo ser humano. El actual «feminismo» dominante, abortista, coincide con los intereses del machismo más descarado, ¿cómo puede definirse como feminista?! O el feminismo es humanista (no machista) o es antifeminista. El feminismo es la culminación del humanismo, pero el actual «feminismo» dominante, abortista, se identifica y se parece cada vez más a un tipo de machismo.
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