En un esfuerzo por reforzar la protección a los bebés más vulnerables de la sociedad, tres senadores republicanos de Estados Unidos, John Kennedy (R-La.), James Lankford (R-Okla.) y Jim Banks (R-Ind.), han propuesto la «Ley de protección de sobrevivientes de aborto nacidos vivos».
El objetivo principal de esta iniciativa, según el comunicado de prensa emitido el 16 de enero por la oficina de Kennedy, es garantizar que los bebés que sobrevivan a un intento de aborto reciban los mismos cuidados médicos que cualquier otro recién nacido de la misma edad gestacional.
La propuesta legislativa establece que los profesionales de la salud estarán legalmente obligados a brindar la atención apropiada a estos bebés, tal como lo harían con cualquier niño que nazca en circunstancias normales.
Logran nacer vivos
De acuerdo con el texto, no se deberán escatimar recursos, ya que el recién nacido requiere cuidados médicos inmediatos y, de ser necesario, el transporte a un hospital para recibir tratamientos adicionales.
Esta iniciativa ha cobrado relevancia porque considera la protección de un grupo de recién nacidos que, a pesar de las limitadas probabilidades de supervivencia, logran nacer con vida tras un procedimiento de aborto fallido.
Hasta ahora, la legislación estadounidense en muchos estados deja vacíos legales o no especifica con suficiente claridad los pasos que se deben tomar para garantizar la atención a estos bebés, lo cual podría derivar en prácticas negligentes.
El senador James Lankford, uno de los impulsores de la ley, enfatizó la necesidad de corregir esta situación que pone en riesgo la vida de los recién nacidos. «No se le debe negar atención médica a ningún niño simplemente porque no es deseado», declaró.
«Hoy, si un procedimiento de aborto falla y un niño nace vivo, los médicos pueden simplemente ignorar al bebé que llora en la mesa y observar cómo muere lentamente por negligencia», añadió.
Estas declaraciones destacan la importancia de establecer límites legales más estrictos y sanciones para quienes no cumplan con sus obligaciones médicas.
La normativa propuesta también contempla que, en caso de que un profesional de la salud detecte que no se está brindando la atención adecuada a un recién nacido que haya sobrevivido a un aborto, deberá informar este hecho a las autoridades competentes.
De aprobarse, las sanciones por incumplimiento de esta ley incluirían multas sustanciales e incluso penas de prisión.
El objetivo es enviar un mensaje contundente de que la vida de estos bebés no puede ser tratada con indiferencia ni desatención.
Es inconcebible que necesitemos una ley de este tipo
Por su parte, el senador John Kennedy ha subrayado el imperativo moral que subyace en la creación y posible aprobación de esta ley: «Cuando un bebé se aferra a la vida después de un procedimiento de aborto, los médicos tienen el deber de cuidar de ese niño», afirmó.
«La Ley de Protección de los Sobrevivientes del aborto nacidos vivos protegería a estos bebés indefensos. No hay razón para que el Congreso demore en enviarla al escritorio del presidente». Con estas palabras, Kennedy hace un llamado urgente a sus compañeros legisladores para que no posterguen la discusión y aprobación de un proyecto de ley que considera esencial para la defensa de la vida.
Además de Kennedy y Lankford, otros 39 senadores republicanos respaldan este proyecto, lo cual refleja un fuerte bloque de apoyo dentro del partido. El senador Jim Banks también destacó la necesidad de contar con este tipo de protección legal: «Es inconcebible que necesitemos una ley de este tipo, pero es esencial para proteger a los más vulnerables entre nosotros», sostuvo. Banks enfatizó la importancia de aprovechar el clima político actual en Estados Unidos, donde los republicanos tienen el control de ambas cámaras del Congreso, para impulsar proyectos de ley a favor de la vida. «Ahora que los republicanos tienen el control de ambas cámaras del Congreso y el presidente más pro vida que he tenido, tenemos la oportunidad de ver este importante proyecto de ley convertido en ley», subrayó.
A medida que avance la discusión legislativa, quedará por verse si la iniciativa prospera y logra traducirse en una ley que garantice la protección de estos recién nacidos en todo el territorio estadounidense.
No obstante, la presentación de este proyecto ya ha generado un nuevo impulso al debate sobre la defensa de la vida y los derechos de quienes, independientemente de las circunstancias de su nacimiento, merecen contar con la misma atención médica y protección legal que cualquier otro ciudadano.
