En medio de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, sumado con la tensión producida en Irán, el gobierno de Donald Trump ha decidido aplicar sanciones contra China por violar las restricciones impuestas sobre el sector petrolero de Irán. Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU, asegura que China «realizó una transacción significativa a sabiendas para la compra o adquisición de petróleo crudo de Irán» después de la expiración de las exenciones a las sanciones que terminaron el pasado dos de mayo.
Ante tal sanción económica, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, se opone totalmente a la decisión de Estados Unidos. «Instamos a EEUU a que corrija esta infracción y ponga fin a las sanciones ilegales contra empresas e individuos», asegura a los periodistas en una sesión informativa diaria. «EEUU ha descuidado los derechos legítimos de todos los países y aplica sanciones al azar, lo que constituye una violación del derecho internacional», agregó Hua.
La estrategia de China para no ser acusada de romper las restricciones a Irán era acumular los barriles en depósitos aduaneros. Estas zonas controladas por China son usadas para que el petróleo no llegue a cruzar las fronteras locales y tampoco aparecen en los datos de importación. Mientras que el consumo del crudo decrece en todo el mundo, avanzando una posible crisis económica, China tiene preparada una gran cantidad de barriles para poder bajar los precios. Esta intención de bajar el precio del crudo es compartida por Rusia, cosa que ha hecho enojar a Arabia Saudí. A Estados Unidos, por otro lado, tampoco le interesa este escenario.
El consumo en España desacelera
Esta caída mundial del consumo de carburantes, posible indicador de una desaceleración económica, es similar al desplome del consumo eléctrico en España. Según el índice que publica Red Eléctrica, «con los datos de junio se habría cerrado un segundo trimestre con los peores resultados observados a lo largo de toda la serie [que se inicia en 2010], acumulando unas caídas interanuales de casi ocho puntos en industria».
Después de un periodo de recuperación económica, desde inicios del año 2018 se ha registrado un menor consumo. En el segundo trimestre, justo hace un año, la caída subió al 0,9%. Ya en el verano del pasado, el consumo de luz bajó un 3,7% y en último trimestre del año descendió al 4,4%. En el primer trimestre de este año siguió la tendencia bajista (-4,4%) pero el dato más preocupante es el de la primavera que acaba de terminar. El consumo de luz industrial se ha hundido un 7,9% interanual, lo que indica que el deterioro se ha acelerado con mucha fuerza.
Entre los sectores más afectados, cabe destacar en este segundo trimestre a la industria metalúrgica (caída del 15,4%), la industria del automóvil (11,9%) y la industria de coquerías y refino (más de un 18%).