España sigue manteniendo la tasa de temporalidad más alta de toda la Unión Europea. Este escenario de precariedad se hace más evidente si se compara con la media Europa, la cual es la mitad del 27% de temporalidad en España. La tasa de temporalidad se redujo en parte con la crisis económica y, poco a poco, ha ido aumentando de nuevo con la recuperación, aunque no ha alcanzado niveles similiares a los registrados en pleno recalentamiento de la burbuja inmobiliaria.
Por otro lado, la duración de los contratos es cada vez más corta. En mayo del 2006, 17 de cada 100 contratos temporales eran de hasta una semana y, de media, los de carácter eventual duraban 68 días. El pasado mayo, los microcontratos por hasta siete días ya representaban el 30% de todos los que son por tiempo determinado. Y los eventuales apenas duraban de promedio 44 días.
Pasados los peores momentos de la crisis, más de cuatro años de creación de empleo y dos reformas laborales, no hay avances apreciables en la lucha contra la dualidad del mercado laboral. Hace sólo unos meses el Banco de España reconoció que los cambios legales de las reformas no han servido para paliar la temporalidad.
Francia toma medidas urgentes contra la temporalidad
Mientras que los distintos gobiernos españoles no han tomado medidas para poder reducir la precariedad, Francia ha decidio luchar de frente contra la temporalidad. Actualmente el 87% de los contratos que se firman en Francia es temporal, el 70% de los mismos no se prolongan más allá de un mes. El plan estrella del gobierno galo es la penalización de la temporalidad excesiva con aumento de cotizaciones.
Se trata de un sistema de bonus que penaliza a aquellas empresas que abusan de los contratos temporales aumentando las cotizaciones que tienen que pagar por sus trabajadores, pero a la vez bonifica a aquellas que tienen plantillas más estables. Y afectará a todas las empresas que tengan al menos 11 trabajadores. Algo parecido llevaba algún partido en sus propuestas electorales en nuestro país.
De momento no se aplicará a todos los sectores, pero si a algunos que tienen en la temporalidad un efecto muy importante, como pueden ser el agroalimentario o la hostelería. No se trata de penalizar a todo el mundo, sino que se establecerá un criterio en base a la media del sector. Si se supera la empresa se verá penalizada hasta con un 5% más de cotización por trabajador.