Las próximas elecciones europeas del 26 de mayo parece que traerán consigo la victoria del Partido Popular Europeo. Serán las elecciones más votadas de estas características, según apuntan las encuestas y aunque se prevé que el PPC perderá escaños en una Eurocámara que se anuncia más fragmentada, se supone que seguirá liderándola.
En ese sentido, cobra importancia un, hasta que se postuló como candidato, desconocido Manfred Weber, candidato por el PPE y que nació en 1972 en el pueblecito bávaro de Niederhatzkofen, pero se crió en otro pueblo, Wildenberg, que está a 90 kilómetros de Munich, en el que se halla el domicilio familiar. Casado y sin hijos, Weber regresa cada fin de semana a Wildenberg a reunirse con su esposa. Trabaja en Estrasburgo y es allí donde se ha labrado casi la totalidad de su carrera política.
Weber, reivindica las «raíces cristianas» de Europa
Un punto que destaca de Weber es su profundo catolicismo. Es el que le hizo declarar el año pasado que “nuestros valores europeos están inspirados por nuestras raíces cristianas”, y el que le lleva a aprovechar los huecos en la agenda de sus viajes oficiales para visitar las iglesias del lugar. Lo ha hecho por ejemplo en algunos viajes a Madrid, en los que encontró tiempo para visitar la catedral. “No se pierde una misa”, cuentan fuentes parlamentarias. Ahora Manfred Weber intenta el asalto al templo de la Comisión Europa.
El que serái sucesor del tamibén «popular» Jean-Claude Juncker afirma, «Quien me conoce sabe que me preocupan las cosas. Me gusta argumentar, escuchar y alcanzar consensos», eso aparece en su propaganda electoral.