Egipto está en pleno proceso de normalización de las iglesias de culto cristianas. Después de tres años de iniciar este proceso, el país ya casi suma 1.000 nuevas iglesias regularizadas.
Esos centros de culto cristianos fueron construidos en el pasado sin los permisos necesarios, ahora hay que sumar esa normalización junto con la concesión de permisos para la construcción de nuevas iglesias.
En el último mes el comité gubernamental especial a cargo de las auditorías se ha legalizado otros 111 lugares de culto, lo que eleva a 984 el número de iglesias cristianas regularizadas, restauradas o construidas desde cero en menos de 3 años, a partir de la aprobación de la nueva ley sobre la construcción y gestión de lugares de culto (30 de agosto de 2016).
Las iglesias sometidas al escrutinio de la comisión gubernamental son sobre todo aquellas construidas antes de que la nueva ley sobre la construcción de edificios de culto cristianos entrara en vigor, según informa la agencia Fides. El trabajo de la comisión consiste en verificar si las miles de iglesias cristianas y lugares de oración construidos en el pasado sin las autorizaciones requeridas cumplen con los estándares establecidos por la nueva ley.
La verificación generalmente se resuelve con la “regularización” de los lugares de culto, que se declaran conformes con los parámetros definidos por las nuevas disposiciones legales.
Los islamistas presionan a las comunidades cristianas
En las últimas décadas muchos de los lugares de culto cristianos se habían construido de forma espontánea sin todas autorizaciones necesarias. Incluso hoy en día, estos mismos edificios, levantados por comunidades cristianas locales sin permisos legales continúan siendo utilizados como excusa por los grupos islamistas para fomentar la violencia sectaria contra los cristianos.
La ley sobre lugares de culto de agosto de 2016 representó un avance objetivo para las comunidades cristianas egipcias con respecto a las llamadas “10 reglas” añadidas en 1934 a la legislación otomana por el Ministerio del Interior que prohibió, entre otras cosas, la construcción de nuevas iglesias cerca de escuelas, canales, edificios gubernamentales, ferrocarriles y zonas residenciales.
En muchos casos, la aplicación estricta de esas reglas había impedido la construcción de iglesias en ciudades y pueblos habitados por cristianos, especialmente en las zonas rurales del Alto Egipto.