Recientemente algunos medios de comunicación han publicado artículos en los que abordan la situación actual del avance de la píldora masculina para que una pareja no tenga un embarazo.
En esos artículos para razonar que deba haber también una contracepción masculina se ha explicado, entre otras cosas, las 11 alternativas que tienen las mujeres para no tener hijos.
La píldora anticonceptiva, el DIU, implantes, el anillo vaginal, el parche, la ligadura de trompas, el diafragma, el preservativo femenino, la inyección de progesterona, los espermicidas… y la temperatura basal. Esas son las estrategias o métodos anticonceptivos con los que, en la actualidad, cuenta las mujeres para no quedarse embarazadas antes del acto sexual.
No sólo eso. Después de todos esos métodos anticonceptivos queda la legalizada y liberalizada en su venta PDD (píldora del día después). Una píldora que puede ser abortiva y que elimina una posible concepción hasta 24 horas después de suceder.
El aborto, ¿aún la solución?
Si dejamos al margen de la polémica de la píldora para los hombres la reflexión es, habiendo tantos sistemas para no tener hijos, ¿cómo puede ser que el aborto siga siendo tantas veces la solución para un embarazo no deseado?
El hecho de que el aborto siga contabilizando por encima de las 100.000 víctimas anuales en España resulta incomprensible después de todos los sistemas anticoncepción a los que tiene acceso la mujer.
El acceso al aborto solo se explicaría, según esa lógica, por el aborto eugenésico, el único cuya circunstancia no se puede conocer en el momento de la concepción: no tener al bebé porque es síndrome de Down, tiene labio laporino, etcétera, Una opción que, por supuesto es reprobable, pero que, seguiría esa lógica.
Sin embargo, habiendo tantos sistemas que no castigan a nadie, ¿cómo el aborto sigue siendo tan importante? Sencillamente porque se ha querido convertir al aborto en parte del sistema.
¿Por qué contando con la PDD y antes 11 métodos anticonceptivos femeninos el aborto sigue siendo tan elevado? Esto es sin duda un elemento de reflexión para la sociedad
Además, un porcentaje muy elevado de mujeres que abortan sufren efectos postraumáticos. ¿Por qué la mujer no lo contemplan con cierta prevención? Evidentemente esto siempre dejando al margen el tema ético y siguiendo una lógica que da por hecho que el embrión no tiene ningún valor.
La obsesión por no tener la criatura
Otro elemento que participa de esta lógica que beneficia el incremento del número de abortos es el deseo de la realización a través de no tener descendencia. Eso acaba llevando a que el enfoque de la relación sexual desde este punto de vista sitúa al embarazo en la misma lógica y técnica que las enfermedades de transmisión sexual, sin ninguna diferencia: una cuestión a eliminar porque es perjudicial.
Los hechos tienen consecuencias sobre las ideas: los comportamientos generan actitudes y un comportamiento que esté presidido por la idea de no quedar embarazada genera una mentalidad del embarazo de enfermedad. Y eso forma parte de la cultura actual.
