El segundo intento de encontrar una salida dialogada a la crisis de Nicaragua arranca con muchas incógnitas. Sometido a las críticas internacionales y a las presiones de los empresarios, Daniel Ortega se ha visto obligado a retomar las negociaciones, después de sacar de la cárcel a un centenar de presos políticos que seguirán bajo arresto domiciliario. Quedan más de 600 personas encarceladas en los diez meses de protestas contra el régimen, que en su violenta represión ha dejado más de 300 muertos. Para mediar en el conflicto, todas las miradas están puestas en la Iglesia. Una de sus figuras más emblemáticas, el auxiliar de Managua, Silvio Báez, visita Madrid por el 75 aniversario de la revista Vida Religiosa, y reconocía la complejidad de mantener la estricta neutralidad política, como Iglesia de todos que es, sin dejar de estar junto al pueblo que sufre.
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