Jesús Vidal, fue uno de los protagonistas de la noche del cine español, la fiesta de los Goya. El actor proveniente del teatro hizo su primera incursión cinematográfica en la película Campeones del director Javier Freser, que a la postre le ha valido el Goya al Mejor actor Revelación.
“Señoras y señores de la Academia han distinguido a un actor con discapacidad. No saben lo que han hecho. Me vienen a la cabeza inclusión, diversidad, visibilidad. ¡Qué emoción, muchísimas gracias!”, así empezó su discurso Vidal.
Ese discurso emocionó al auditorio, pero también a la sociedad en general. Los medios de comunicación han llenado páginas explicando la historia de este discapacitado visual que, sin embargo, se tuvo que poner en la piel de un discapacitado intelectual. No en vano es el primer discapacitado en ser premiado con el máximo galardón del cine español.
“Ha sido un verdadero reto interpretar a un personaje como Marín, ya que yo venia del teatro. El cine me ha enamorado y espero que este idilio siga muchos años más”, ha explicado el actor novel.
Sin embargo, el momento más emotivo ha llegado al término del discurso, cuando Vidal se ha dirigido a sus padres: “a mí sí me gustaría tener un hijo como yo por tener padres como vosotros”.
La hipocresía: historias que inspiran, pero que pocos aceptan vivir
Precisamente en el hecho de que la sociedad haya exaltado el discurso, pero que, sin embargo, sea partícipe de que las personas discapacitadas no nazcan debido a la libertad de abortar de los padres es donde se encuentra la profunda contradicción.
El aborto, legalmente hace que en España, se discrimine y elimine prácticamente en su totalidad a las personas que vienen con algún tipo de discapacidad. Gracias al diagnóstico precoz diversas discapacidades intelectuales tales como el síndrome de Down son identificadas en etapas avanzadas del embarazo, lo que da la posibilidad a los padres de abortar a estos niños. Muchos padres optan por no continuar con el embarazo y abortar a estos niños debido al gran estigma que socialmente llevan.
Esta realidad choca de frente con la película Campeones y con la práctica totalidad de sus actores, muchos de ellos discapacitados. De aquí a unos años no habrá más personas como estas porque en la actualidad prácticamente no nacen. Por ello ya no tendremos su ejemplo, ya no tendremos campeones.