Es incuestionable que Andalucía necesitaba un cambio sustancial observando sus pésimas cifras en paro, desigualdad, rendimiento escolar y otros muchos datos. A pesar de la estabilidad política de tantos años de gobierno y de los recursos que ha recibido de la Unión Europea -un verdadero Plan Marshall-, la Junta no ha conseguido el despegue andaluz, ni la reducción de la desigualdad. Las condiciones de vida han mejorado, claro está, sobre todo en infraestructuras y equipamientos, pero no ha servido para generar una economía empresarial de más enjundia, ni mejorar el sistema educativo, ni la creación de más trabajo. Hay un problema de bienes comunes y bienes generales que el socialismo andaluz no ha resuelto después de tantos años.
El nuevo gobierno PP-C’s tiene, por tanto, ante sí una tarea agradecida. Bastará con que gobiernen bien para que algo cambie a mejor.
Pero la cuestión que ahora hay que subrayar es qué cambiara. Además de las razones socioeconómicas, lo que impulso el cambio fue también el hartazgo por el empacho de las políticas de género, el adoctrinamiento ideológico en la escuela, la marginación de la importancia de la familia, la salvaguarda de los valores religiosos y la tradición y cultura que de ellos surgen. Sobre todo esto, está por ver que el cambio se consume.
De entrada, la querencia de C’s, que va a utilizar el gobierno para marcar perfil propio, utiliza la perspectiva y el feminismo de género a tope para hacerse perdonar su alianza pasiva con Vox, y el primer resultado -siempre las cuestiones semánticas- es que el nuevo departamento de la familia no existirá -algo que sí que es normal en Europa- sino que será conjunto con Salud, que es un enlace orgánico realmente raro. Puestos a agrupar, Bienestar Social, Familia y Juventud, hubiera tenido más sentido. Pero es que, además, C’s ha terminado por imponer su ley y se llamará “familias” en plural, que es otra querencia de los progres. En realidad, y de momento, lo único que se constata es que quien marca la pauta es Ciudadanos, que es la versión por la derecha del mismo programa del PSOE en cuanto a concepción antropológica y laicismo del estado
¿Y VOX, que debía empujar el cambio? De momento impasible el ademán. Al final resultará que el cambio en Andalucía sirve para maquillar el mal resultado del PP, y propulsar a C’s en lugar de al PSOE. ¿Es esta la transformación que se necesita?
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No se porqué se empeñan a enmarcar a Ciudadanos en la derecha…¿estan miopes?
Ni Ciudadanos, ni PP, ni PSOE son derecha, ¡son izquierda y muy izquierda!
Aqui la única derecha por el momento, que yo veo es VOX, espero que si que pueda hacer algo, aunque no lo tiene fácil, dicho sea d e paso.