Ahora que algunos quieren hacernos creer que la República fue una especie de paraíso terrenal y que incluso aspiran a repetir aquella nefasta experiencia, creo que tiene interés la anécdota que explica César González Ruano en su autobiografía, recientemente reeditada por Renacimiento. Ha llegado ya la Segunda República y González Ruano se ha instalado como corresponsal en Roma, donde se ha exiliado Alfonso XIII. En una de sus estancias en Madrid se encuentra con el poeta Antonio Machado. Así lo explica él mismo:
“Le encontré en el Café de Recoletos y poco faltaba -sin que nosotros lo supiéramos- para la guerra civil. Charlamos largo rato y yo le hablé de mi vida en Roma. De pronto me preguntó:
- ¿Ve usted al Rey?
- Con mucha frecuencia.
- No sé si sabrá el Rey quién soy yo…Pero si usted cree que lo sabe y que esto puede alegrarle, dígale que estoy convencido de que nos equivocamos todos y que España sin el Rey va hacia una catástrofe.”