Soy especialista en Ciencias Humanas y he dado clase a cientos de alumnos, casi 40 años. Conozco bien la historia de España y soy consciente de nuestras incertidumbres y también de nuestras confusiones, todo originado por la incompetencia de algunos de nuestros dirigentes que en vez de estar atento al progreso, la cultura y el bienestar de los ciudadanos españoles, fomentan el odio, dispersan las mentiras e interpretan la historia a su antojo. La historia, indudablemente se puede crear, pero gracias a Dios, tenemos miles de documentos que nos verifican la autenticidad de los acontecimientos.
En mis orígenes tengo mezcla de vasco, catalán, castellano, árabe, alemán (repoblación de Carlos III en Sierra Morena) y de nacimiento andaluz. Os voy a expresar que las claves para la supervivencia de los pueblos, a través de la historia, han sido el acierto de cómo elegir a sus líderes, a los más sabios, los más valientes, los más honrados, los más trabajadores, los más decentes de entre ellos, para que abrieran el camino del futuro a los demás…
Pues bien, nuestros queridos representantes, en vez de estar atentos y unidos al gran problema que tenemos todos los ciudadanos españoles — la tragedia del paro, la destrucción de pequeñas y medianas empresas, la pérdida de derechos en sanidad y educación…la gran deuda pública que nos hace cada vez más pobres– nos distraen con otros temas como las corrupciones de unos, de otros y ahora para colmo, nos quieren enfrentar entre nosotros.
No nos dejemos confundir y aprendamos a discernir lo que es bueno para uno como individuo libre e independiente, y no como grupo influenciado por planteamientos eufóricos. Gracias a que muchos ciudadanos del mundo lucharon y se dejaron sus vidas por la libertad y la dignidad de las personas, tenemos hoy día la democracia, los Derechos Humanos y sobre todo soberanía individual.
Que no nos cuenten los políticos radicales invenciones sobre totalitarismos, opresiones y robos entre nosotros, hacen esto para lograr su supervivencia política y seguir manteniendo su estatus personales. Por favor, no lleguemos a la disgregación, al fanatismo, al resentimiento. Dialoguemos y luchemos todos juntos, por la justicia social, por el derecho al trabajo, por la educación, por la corrupción… Estoy seguro de que aunando fuerzas lo conseguiremos y habrá cambio.