El pensamiento, el conocimiento, el diálogo y el respeto son la clave del progreso. Las descalificaciones, las obcecaciones, la falta de pensamiento, de comunicación y diálogo nos conducen al fracaso. Falta mucha formación política, histórica y filosófica en nuestro país. Si se hubiera cuidado estas tres ramas en la educación de nuestra población, otro gallo nos cantaría ahora y no existiría la agitación social que tenemos en algunas zonas de nuestro país.
Es importantísimo formar a ciudadanos cultos, ciudadanos que piensen en el bien común. Una sociedad culta conlleva a una sociedad más libre, más justa, más solidaria más respetuosa con las ideas y creencias de las personas. En la educación está la clave.
Nadie discute tan gran presunción, ante la aspereza propia de algunas ideas, debido al desencanto y engaño de nuestros dirigentes en sus programas electorales. Esto ha hecho que la ciudadanía tome posiciones.
Me indigna que nuestros partidos políticos, consideren al elector cómo necio, e intenten manipular en los medios y engañar con sus triquiñuelas dialécticas, de que unos son más honrados que otros. Por favor acabemos con la inmundicia, las corruptelas, los intereses partidistas y territoriales, unámonos con nuestras diferencias y ocupémonos de lo que realmente es necesario para el pueblo; formación, progreso y puestos de trabajo.