En Europa tenemos un problema latente, que afecta sobre todo a Italia pero también a Francia, España y Portugal, es el encarecimiento de los créditos a los países más endeudados. La espiral de más deuda, más impuestos y más paro, es nefasta para la estabilidad económica y la sostenibilidad del sistema de bienestar. Sin embargo las fórmulas populistas, como la que encarna el actual Gobierno italiano, proponen aumentar el gasto cuando la economía no se ha recuperado lo suficiente ni las cuentas públicas se han saneado. La demagogia puede contentar a la propia parroquia, pero puede conducir a la ruina de todos. Veremos la respuesta italiana dentro de unas cuantas semanas.
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