Tras la visita de la vicepresidenta del Gobierno español, Carmen Calvo, este lunes al Vaticano, que fue recibida por el secretario de Estado, Pietro Parolin, el Gobierno de Sánchez intentó sacar rédito ideológico a la visita en relación a la propuesta de exhumación de Francisco Franco, cuyos restos se encuentran en el Valle de los Caídos.
Calvo aseguró tras el encuentro que los restos del dictador no podían ubicarse como nuevo lugar en la cripta de La Almudena porque podría convertirse en un nuevo lugar de enaltecimiento de su figura,
Además Calvo aseguraba que, supuestamente, había adquirido un compromiso del Vaticano para para «encontrar una salida» para inhumar los restos de Franco cuando sea exhumado del Valle de los Caídos, salida «que obviamente no puede ser La Almudena».
La vicepresidenta explicó entonces que el encuentro había sido «muy cordial, útil y productivo» y que hubo un compromiso compartido para dar solución a la polémica «de manera conjunta». Calvo no tuvo problemas en afirmar, además, que contaba con el apoyo del cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, que «ya dijo el otro día que a ellos no les parece bien» que los restos se trasladasen allí como pretendería la familia.
El Vaticano desmiente la información y expone la manipulación
Sin embargo, este martes 30 de octubre, el portavoz del Vaticano, Greg Burke, matizó que durante la reunión «en ningún momento se pronunció sobre el lugar de la exhumación», aunque vio «oportuna» la solución de explorar otras alternativas al entierro en La Almudena a través del diálogo con la familia.
«A propósito de la reunión que mantuvieron ayer el Secretario de Estado de la Santa Sede y la vicepresidenta del Gobierno de España quiero precisar lo siguiente: el cardenal Pietro Parolin no se opone a la exhumación de Francisco Franco, si así lo han decidido las autoridades competentes, pero en ningún momento se pronunció sobre el lugar de la inhumación«, subrayó.
Además, el representante vaticano destacó que «es cierto que la señora Carmen Calvo expresó su preocupación por la posible sepultura en la catedral de la Almudena y su deseo de explorar otras alternativas, también a través del diálogo con la familia» y que al cardenal secretario de Estado «le pareció oportuna esta solución».
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¡Qué chapuza! ¡Cuánta incompetencia y odio manifiestan estos individuos e individuas!