A los nubarrones macroeconómicos del país hay que sumar las consecuencias de las irresponsables decisiones del gobierno populista en Italia. En concreto, la de elevar el objetivo de déficit hasta el 2,4% del PIB por encima de lo recomendado por Bruselas, en la línea del ministro de Economía, el independiente Tria, de limitarlo al 1,6%. El efecto ha sido que la prima de riesgo italiana se ha disparado más de un 10% por encima de los 280 puntos. El riesgo de contagio es claro, multiplicado por la incertidumbre política en España.