¿Hasta qué punto el fenómeno migratorio es motivo de preocupación en Europa Occidental? Una respuesta a esta pregunta viene de la mano de un estudio del Pew Research Center donde se constata que la preocupación de los europeos ante la inmigración ha descendido en los últimos tres años, aunque en los ocho países encuestados se coincide en que los inmigrantes deben hacer un esfuerzo por integrarse en la sociedad.
El informe ‘Immigration concerns fall in Western Europe, but most see need for newcomers to integrate into society’ (‘Las preocupaciones de inmigración caen en Europa Occidental, pero la mayoría ve la necesidad de que los recién llegados se integren en la sociedad’), publicado el pasado 22 de octubre, señala que todos los países encuestados coinciden en que “los inmigrantes deberían adoptar las costumbres y tradiciones del país” que los acoge.
Los países donde se realizaron las encuestas son Alemania, Holanda, Suecia, Dinamarca, Reino Unido, Italia, Francia y España. De ellos, Alemania es donde más preocupación se detecta, mientras los españoles son los que muestran una menor inquietud por la inmigración.
Menos inmigración, menos preocupación
El estudio recuerda que “el aumento de la inmigración en Europa se ha reducido a los niveles anteriores a 2015”. Al mismo tiempo, “la preocupación también disminuyó en ocho países clave de Europa Occidental. Una media del 23% en estos países considera la inmigración como uno de los dos problemas principales que confronta su país, por debajo de la media de casi la mitad en noviembre de 2015”.
Tomando como fuente la encuesta realizada por el Eurobarómetro de la Unión Europea entre 2014 y 2018, el informe del Pew Research Center muestra la evolución a la baja de la preocupación de los europeos occidentales ante el fenómeno migratorio en los tres últimos años, como se puede observar en este gráfico, reproducido a partir del informe.
En cualquier caso, “la inmigración sigue siendo una de las principales preocupaciones de muchos europeos occidentales”, dice el informe, que pone como ejemplo a Alemania, donde a pesar de caer el porcentaje a la mitad, aún sigue siendo motivo de preocupación para un 38% de la población.
El segundo país más afectado es Italia, donde ha pasado del 42% al 35%, pero con un ligero repunte en los últimos meses. También preocupa en Dinamarca (34%), aunque allí ha descendido 26 puntos porcentuales desde noviembre de 2015.
El informe recuerda que “los problemas de inmigración, a menudo planteados por los partidos de extrema derecha, han sacudido las coaliciones en Alemania y han estado al frente y en el centro en las recientes elecciones en Italia y Suecia”.
Pero, donde se aprecia una menor preocupación por la inmigración es en España, que ha pasado del 9% hace tres años a tan solo el 6% en marzo de 2018.
La necesidad de que se integren
El estudio también plantea a los encuestados qué opinan sobre la necesidad, o no, de que los inmigrantes hagan un esfuerzo para integrarse en la sociedad que los recibe.
En ese sentido, los resultados de una encuesta realizada por el Pew Research Center a finales de 2017 mostraba que la mayoría de los europeos occidentales consideran que “por el bien de su sociedad, los inmigrantes deberían adoptar las costumbres y tradiciones del país”, como se ve en este otro gráfico.
Cuando se les pregunta si es necesario que los inmigrantes adopten las costumbres y tradiciones del país, la media de los ocho países encuestados que así lo considera es del 71%; mientras en Reino Unido y Holanda hasta un 73% es de la misma opinión; y también rondan el 70% Dinamarca (72%), Alemania e Italia (71%), y Francia y España (69%).
Los aspectos más importantes de esa integración, según los encuestados, son el idioma del país y que respeten las instituciones y leyes del mismo, para poder “compartir verdaderamente la identidad nacional de un país”. También se considera importante “haber nacido en el país o ser cristiano”.
La inseguridad, lo más preocupante
Asimismo, “existe un acuerdo relativamente generalizado sobre la importancia de la integración cultural, pero los europeos occidentales están más divididos en sus puntos de vista sobre el impacto de la inmigración en la economía y la seguridad”, dice el informe.
En ese sentido, “para la mayoría, las preocupaciones se centran más en el riesgo de terrorismo que en la carga de la economía”, como se ve en este tercer gráfico.
En todos los países, hay más porcentaje de encuestados que consideran que “los inmigrantes aumentan el riesgo de terrorismo en su país” que los que piensan que perjudican la economía porque “toman nuestros trabajos”.
Los países más preocupados al relacionar la inmigración con el terrorismo son Alemania (51%) e Italia (50%). “Por ejemplo, más de la mitad de los alemanes dicen que los inmigrantes aumentan el riesgo de terrorismo, mientras que solo el 19% los considera un drenaje de la economía”, como muestra el gráfico.
Al respecto, España es de los países con un mayor porcentaje de personas que opinan que perjudican económicamente (28%), superado por Holanda (29%) y Francia (31%), aunque a los españoles les preocupa más la cuestión del terrorismo (34%).
Al mismo tiempo, “la ideología juega un papel importante en la determinación de muchas de estas actitudes. Las personas de la derecha ideológica tienen más probabilidades que los de la izquierda en decir que los inmigrantes necesitan integrarse en la sociedad de un país, que aumentan el riesgo de terrorismo y que son una carga económica”, añade el informe.
Mayores y quienes tienen menos estudios, más preocupados
Por otra parte, los encuestados de mayor edad y aquellos que tienen un menor nivel educativo se muestran más preocupados con la inmigración, tanto en relación a las repercusiones económicas como en cuanto al riesgo de terrorismo. Ambas cuestiones se pueden constatar en este último gráfico.
En cuanto al riesgo de terrorismo, los mayores de 50 años en Dinamarca son los más preocupados, con un 55%; seguidos de los italianos (53%) y los alemanes (52%). En España, ese porcentaje baja hasta el 38%.
En lo que respecta a la edad, “por ejemplo, en el Reino Unido, alrededor de la mitad de los mayores de 50 años dicen que los inmigrantes aumentan el riesgo de terrorismo, en comparación con solo una cuarta parte de los menores de 30 años”, añade el informe.
Si se les pregunta sobre cómo afecta la llegada de inmigrantes a sus puestos de trabajo, los encuestados en Italia son los más temerosos. Un 42% de los mayores de 50 años consideran que afecta. Además, en este país, como único caso, quienes tienen entre 30 y 49 años aún están más preocupados (49%).
En España el porcentaje entre los de más edad a quienes preocupa esta cuestión es del 31%.
Respecto al nivel educativo de los encuestados, “en Italia, por ejemplo, alrededor de la mitad de los que tienen un título secundario o menos (48%) dicen que los inmigrantes son una carga para la economía, en comparación con el 24% de aquellos con más de un título secundario”, afirman los responsables del informe.
Quienes tienen un menor nivel de estudios también se muestran más preocupados que los que han alcanzado un mayor nivel cuando se les plantea la relación de la inmigración con el riesgo de ataques terroristas.
Los países con mayor porcentaje son Alemania (55%) e Italia (53%, mientras España muestra un nivel de preocupación del 38% entre quienes tienen menos estudios.
Al mismo tiempo, “en la mayoría de los países encuestados, es más probable que aquellos con ingresos más bajos que aquellos con ingresos más altos sientan que los inmigrantes son una carga para sus economías”.
“Del mismo modo, hay pocas diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la importancia de la integración cultural. Pero en cinco países (Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Suecia y el Reino Unido), los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de pensar que los inmigrantes aumentan el riesgo de ataques terroristas”, concluye el estudio.