El Ayuntamiento de Barcelona, con Ada Colau al frente, estaría estudiando la posibilidad de crear varios peajes en los diferentes accesos de la capital catalana. La razón que esgrimen los defensores de esta medida es la reducción del tráfico de vehículos.
Hace pocos meses, en Mayo, un estudio de la Fundación de Estudios de la Economía Aplicada (Fedea) titulado Atascos y contaminación en grandes ciudades: Análisis y soluciones, en el que explican qué se podría hacer para reducir el problema de las grandes concentraciones de tráfico en la entrada de las grandes ciudades y disminuir con ello el coste económico y de contaminación.
Los autores de dicho estudio estimaron que el coste para las empresas españolas, producido por las congestiones de tráfico, provocan un coste anual de 840 millones de euros al año. En vez de proponer alternativas al coche, como por ejemplo mejorar la infraestructura ferroviaria, y estudiar la razón por la cual miles de trabajadores de Barcelona no viven dentro de la ciudad (entre otros motivos, por el alto coste de vida de los últimos años), llegaron a la conclusión que la solución es prohibir el acceso parcial o imponer un impuesto para poder acceder a la ciudad.
Sin embargo, los expertos sí que tienen claro que las medidas basadas en la restricción por el número de matrícula o el establecimiento de zonas de baja emisión «son generalmente ineficientes, ineficaces en el medio plazo y regresivas», aseguran. Finalmente, consideran que son iniciativas restrictivas, porque no tienen en cuenta la renta de los usuarios y solo los de mayor poder adquisitivo podrían eludir la medida con la compra de otro vehículo (con otra matricula o menos contaminante).
Sin embargo, el peaje sería, por el contrario, según estos autores, «eficiente, eficaz y no regresivo». Aunque la primera pregunta que podría hacerse a estos economistas es, precisamente, sobre su regresividad, dado que estos peajes implicarían también un coste directo para los usuarios sin tampoco tener en cuenta su renta. Según explican «no serían regresivos si están bien diseñados e implementados».
El Ayuntamiento ha comprado 70 cámaras
La semana pasada Ecologistas en Acción se ha reunido con varios expertos y responsables políticos para tratar la cuestión. La iniciativa con más apoyo coincide con el estudio de Fedea: más impuestos para el conductor. Según ha informado Betevé, el experto Àlvar Garola, del departamento de Ingeniería Civil y Ambiental UPC, considera que “con peajes de 1 a 2,5 euros por día conseguiríamos reducir los tiempos de viaje, contaminación y accidentalidad”.
Para implementar el peaje se deberían de colocar 97 puntos de detección con cámaras en los accesos del perímetro de las rondas. Algunas ciudades como Milán, Londres o Estocolmo han probado la fórmula y aseguran haber reducido el tráfico entre un 20 % o un 30 %.
Durante las jornadas el comisionado de Ecología del Ayuntamiento, Miquel Ortega, ha anunciado que esta semana se ha adjudicado la colocación de un sistema compuesto por 70 cámaras que servirán para controlar la zona de bajas emisiones. Según sus declaraciones, estarán listas antes de 2020 y permitirán la lectura de matrículas.