Un hombre biológico gana una prueba del campeonato del mundo de ciclismo femenino

Rachel McKinnon se alzó con la victoria en la prueba femenina del Campeonato Mundial de Ciclismo de Pista de la UCI Masters de 2018 que tuvo lugar en Los Ángeles. McKinnon, representante de Canadá, superó a Carolien Van Herrikhuyzen, de los Países Bajos, y a la ciclista estadounidense Jennifer Wagner.

Hasta aquí todo normal. Pero como la propia McKinnon se encargó de comunicar en su cuenta en Twitter, se trata de la «Primera campeona mundial femenina transexual«.Y es que cada vez es más frecuente que hombres biológicos que se declaran mujeres compitan en pruebas femeninas y se lleven la victoria contando con las ventajas que les da su biología masculina.

A los ataques y quejas que muchas mujeres hicieron públicos McKinnon respondió con un recurso habitual, una descalificación ad hominem: «son todas unas transfóbicas«.

En declaraciones a USA Today, amplió su argumentación agregando que «centrarse en la ventaja de rendimiento es en gran medida irrelevante porque se trata de un problema de derechos. No deberíamos preocuparnos que las personas trans ganen los Juegos Olímpicos. Deberíamos estar preocupados por su justicia y los derechos humanos».

Y remató afirmando que «atender las opiniones de la gente cisgénero promueve la opresión de las personas transgénero«.

Claro que muchas mujeres le han contestado que eso de que es irrelevante fijarse en la ventaja de rendimiento es muy fácil decirlo cuando te aprovechas de ella y ganas la carrera. Si realmente estamos preocupados por la justicia, deberíamos asegurar que no se parte con ventajas biológicas en este tipo de competiciones: ¿por qué no una categoría solo para transexuales? Sería evidentemente más justo que condenar a las mujeres a competir con desventaja.

En cuanto a la descalificación genérica de todo lo que los cisgénero (o sea, los hombres y mujeres de toda la vida) opinen, la afirmación de McKinnon no hace otra cosa que confirmar el totalitarismo latente en la ideología de género, incapaz de asumir otras visiones.