Según un informe de Naciones Unidas presentado estos días el número de personas que pasa hambre en el mundo aumenta hasta los 821 millones.
Entre las causas más importantes que explican el hambre siguen estando, una vez más, los conflictos y los fenómenos climáticos extremos:
- El hambre es mucho mayor en los países agrícolas que tienen una gran dependencia de las precipitaciones o que están expuestos a una sequía grave.
- La FAO explica además que los cambios en el clima están socavando la producción de algunos cultivos principales como el trigo, arroz y maíz.
La lucha contra el hambre en el mundo vuelve a dar, otro año más, un paso atrás. Frente a los 804 millones que se registraron en 2016; en 2017 el número de personas que no comen lo suficiente aumenta hasta llegar a los escandalosos 821 millones.
Así, según este informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, una de cada nueve personas de la población mundial pasa hambre:
- En África son 256 millones de personas.
- En Asia son 515 millones de personas.
- Y en América Latina y el Caribe son 39 millones de personas, y en aumento.
Los datos revelan que el objetivo de erradicar el hambre para 2030 corre serio peligro.
Este significativo aumento del hambre en el mundo es un claro indicativo de que las cosas no se están haciendo bien. En un asunto tan tremendamente importante parece que no se ponen los medios adecuados y el mundo sigue rodando bajo la inercia del poder, del egoísmo, de la avaricia y de todos aquellos pecados, yo diría que muy graves, qué originan esta injusta e inhumana situación. Es indigno que las contiendas, las guerras, la opulencia y el afán desmedido de poseer sea la causa de este gravísimo problema social y humano.
Pero ahora, bajando al terreno de lo concreto, nos tendríamos que plantear lo que podemos hacer cada uno. Cada uno desde su poquedad, desde la precariedad de sus medios. En muchos casos la solución no
