Su madre y su abuela se estaban preparando para la fiesta de cumpleaños de Lexie, de 9 años de edad, cuando un repentino chillido les hizo dejar lo que estaban haciendo y correr para buscar a la niña. Lexie, que tiene parálisis cerebral y no puede hablar, estaba gritando y señalando desde su silla de ruedas hacia la puerta trasera.
La abuela de Lexie, Nancy Comeau-Drisdelle, fue la primera en notar la ausencia del hermano pequeño de Lexie, Leeland. Después de salir corriendo al patio trasero, localizó rápidamente al niño de 1 año en la piscina pegado al bordillo y acudió para sacarlo del agua y llevarlo a un lugar seguro. Después de toser un poco de agua y una visita al hospital por precaución, el niño de 1 año salió completamente ileso.
“Abracé a Lexie, lloré y todavía le doy las gracias todos los días, porque, sinceramente, en un caso así, dos segundos suponen una gran diferencia”, dijo su madre. “Lo que asusta”, continuó su madre, “es que él abrió la puerta y la cerró detrás de sí, y nunca antes había abierto la puerta del patio”.
Lexie ha recibido el reconocimiento de la Policía Regional de Halifax, Canadá, por sus acciones para salvar una vida y pronto será honrada por el Ayuntamiento.
Su abuela le dijo: “No necesitas ser capaz de caminar y hablar y tener todos tus sentidos. Todavía puedes hacerte oír y todavía puedes ayudar. Y sí, sin duda ella le salvó la vida”.
Desde entonces, la heroica acción de Lexie ha cosechado elogios en los medios sociales y muchos se han hecho eco de los sentimientos de su abuela: nunca hay que subestimar las contribuciones de alguien debido a una discapacidad.
