La cueva de Krúbera-Voronya, situada en el macizo de Arabika en Abjasia (Georgia), es la más profunda del mundo. Y el ser humano, cómo no, se ha empeñado en explorarla a fondo. Tanto es así que se han llevado a cabo expediciones con nombres tan explícitos como ‘Towards the center of the Earth’, organizada en 2012 por un grupo de espeleólogos lituanos dentro del proyecto ‘Call of the Abyss’ de la UkrSA. Julio Verne estaría orgulloso.
Esta maravillosa y profundísima cueva fue descubierta en el año 1960 por una serie de exploradores georgianos, que por aquel entonces no se aventuraron más allá de los primeros 180m de profundidad. Posteriormente fue olvidada durante un par de décadas, pero en la actualidad hemos logrado alcanzar los -2.191m.
Descubrimiento y primeras expediciones
A principios de los 80, más de veinte años después de que aquellos primeros exploradores georgianos dieran con ella, los espeleólogos del Club Kiev decidieron que había que seguir investigando esta cueva. Así fue como consiguieron alcanzar los -340m de profundidad. La mala noticia es que, según lo que podemos comprobar en la imagen, no había forma de seguir descendiendo.
Por aquel entonces la cueva de Krúbera-Voronya ya se había convertido en una obsesión para los espeleólogos, y con el tiempo se llevarían a cabo más expediciones y hallazgos. A finales de la década de los 90, un equipo ucraniano hizo un descubrimiento importante: se trataba de una ventana situada a -230m dentro de la cueva que comunicaba aquella primera gruta sin salida con otra que permitía descender hasta los -700m. Nuevo récord, por tanto, y un campamento subterráneo para poder seguir investigando.
Una cueva internacional
Equipos como UkrSA, Club Kiev, CAVEX o MTDE siguieron organizando expediciones para explorar la cueva y descubrieron nuevas ventanas, sortearon sifones (partes inundadas de la cueva) y bajaron mucho, mucho más. La cueva se va ramificando poco a poco en muchos caminos (hay más de 16Km de red subterránea), y no todos ellos permiten ser explorados debido a su estrechez. Los lagos subterráneos, por su parte, pueden llegar a tener hasta 50m de profundidad.
Además de lo comentado anteriormente hay que tener en cuenta que hay puntos de no retorno: situada a -1.640m, la ‘Gatera del Infierno’ hace que la galería se estreche a un tubo de 40cm de diámetro y 3m de longitud que hay que sortear reptando. A partir de ahí es imposible ser rescatado.
Y a pesar de todos los peligros que conlleva descender a tales profundidades, a finales del año 2004 se produjo un nuevo hito dentro de la historia de la espeleología al superarse los -2.000m de profundidad. La hazaña corrió a cargo del equipo UkrSA, que en octubre de ese año llegó nada más y nada menos que a los -2080m.
A ese punto situado a -2.080m se le conoce como ‘Game Over’, ya que es donde finaliza la galería. Hasta este punto llegaron dos jovenes españoles, Morellanos concretamente, que ostentan el record de ser las personas mas jovenes en alcanzarlo. Ellos son Marc Segura (15 años) y Jordi Membrado (13 años)
Pero que nadie piense que esto es impedimento ninguno para que los espeleólogos sigan intentándolo: el ucraniano Gennadiy Samokhin logró alcanzar buceando los -2.191m, que es el récord actual en la cueva de Krúbera-Voronya.
Jesús Calleja también lo intentó
Jesús Calleja y su equipo también intentaron alcanzar en 2013 los -2.080m de profundidad en la cueva de Krúbera-Voronya. Quedaron atrapados durante 9 días bajo tierra, concretamente a -1.637m.
Las condiciones de baja temperatura y tormenta en el exterior que se dieron durante el desafío del equipo de Calleja hicieron que necesitaran seis días más para poder salir de allí, cuando lo habitual es hacerlo en tres.