En minúsculas corrientes recibe el nombre de New Age o Nueva Era. En mayúsculas no existe. Pues no es. La “carencia de” no tiene esencia. Si no hay esencia en algo, ese algo no existe. Y por consiguiente no es predicable, ni siquiera en auto discurso onírico. Por ejemplo: un saco maltrecho no es lógicamente predicable si está al 100 por 100 agujereado. La negación de la Verdad carece de esencia, existencia y predicación lógica. No me interesa perder el tiempo de mi vida mortal en oír hablar de la Nueva Era. Pues se trata de una invención diabólica más. En mayúsculas me interesa seguir reflexionando sobre esto que sigue, en el documento vaticano adjunto, acerca del “sincretismo de elementos esotéricos y seculares”. Lleva por título Jesucristo portador del agua de vida y como subtítulo una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”. El subtitulo de mi escrito no es mío. Es una frase textual de este documento.
De este modo tan preciso y oportuno nos hablaban a principios de siglo el Consejo Pontificio de la Cultura y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Es una guía muy documentada como paso previo para acudir a un ministro. A un ministro que lo haya leído y asienta con él. Para situarse Vds. -y el ministro consagrado- les sugiero empiecen por el glosario del capítulo 7.2. Poco a poco. No sea que pillen una diarrea mental.
No es que yo quiera hablarles de ello metiéndome en donde no me llaman. Es que me salpica muy de cerca en estos momentos en distintos ámbitos familiares. Me salpica al precio de abandonos conyugales, llámense divorcios o separaciones amistosas, en familias cristianas de mi entorno. Me salpica en seres queridos con -creo y debo pensar así- sus inadvertencias sin mala intención. Me salpica en personas adultas, como oposición visceral al Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. No se dan cuenta. Tal vez sí, un poco antes, en sus propias crisis de identidad cristiana.
El diablo no descansa. Ni tan siquiera en familias numerosas cristianas. Los ángeles y santos de Dios todavía menos, preferentemente en familias cristianas, sean numerosas o no lo sean. Este documento puede ilustrarles sobre qué es eso denominado New Age y cómo abordar el tema. Igual les afecta de lleno y no saben qué hacer, qué decir y a quién acudir. Tal vez reciban demasiados silencios cercanos de incomprensión eclesial y doméstica. No los tengan en cuenta. Son aquellos silencios del no te metas en líos. ¡Qué lío tan difícil para mí abordar este tema!
En otras épocas bastaba obedecer a los padres, rezar bien cumpliendo normas canónicas y recibir una buena educación en el colegio. Por cierto esto último, hoy, ¿en qué consiste?, ¿dónde está ubicada?, ¿quién dispone de la varita mágica de su ortodoxia en el modelo de educación visible?, ¿a quién acudir cuando se presenta un problema -de estos que señala este documento vaticano- en entorno familiar directo?
Acudir a la oración rindiéndose ante el Amor de los Amores es primordial. Lo segundo practicar la astucia del silencio contemplativo en el sufrimiento personal. Y a partir de aquí confianza en la Esperanza teologal sin faltar a la Caridad (con mayúsculas). Es decir ser mansos como palomas y astutos como serpientes. Guardar silencio a veces cuesta un poco. Desarrollar con mansedumbre la astucia escurridiza de la serpiente cuesta más. ¿Sólo escurridiza? A veces también envolvente y algo viperina. Ser bueno es compatible con dar la cara con valentía.
El invento diabólico de la New Age se deshace como castillo de naipes… si dejamos actuar a la Divina Providencia en nuestras vidas. ¿Debo callarme? No. Debo hablar. ¿Cómo? Divulgando a los cuatro vientos la actualidad de este documento vaticano. Debo hablar sin señalar a nadie, con la plena convicción de que mis palabras puedan ser instrumento de Dios, para abrir vistas obnubiladas de almas aparentemente extraviadas. Almas queridas por Dios que se han alejado del rebaño. Seguro que -si no han pecado contra el Espíritu Santo- el Buen Pastor saldrá a su encuentro.
Ciertos jueguecitos de móvil, ciertas compañías y ciertos síntomas son en sí sospechosos. Como por ejemplo fascinarse con las energías positivas de la madre naturaleza. Tales como abrazar árboles, ciertas musicoterapias, ciertas sesiones de yoga, ciertos masajes y otras cosas. Son cosas (en términos coloquiales chorradas de buenas vibraciones) en las que un párvulo bien educado no pica. Recuerden que la educación cristiana consiste, ante todo, en reflejar el amor conyugal humano imperfecto de los padres en los propios hijos. Por amor a Jesucristo.
Luego siguen más cosas. Como eso de los karmas, las reencarnaciones y demás gilipolleces del yo cósmico hilarante. La gnosis pagana está muy activa. Lo está en buenas personas que van o iban a misa. Buenas personas que no se han tomado la molestia de acceder al conocimiento legado por los Santos Padres de la Iglesia, para superar sus propias crisis identitarias de Fe. Menos todavía en cultivar la Esperanza en la oración. Y todavía menos en abandonarse a la Caridad desestimando el “yo pienso, yo creo, yo digo… y yo determino”. Pienso, creo, digo y determino en la deleznable cobardía de no reconocer ante los propios seres queridos sus equivocaciones arrogantes.
Por mucho que un hijo se “desvíe”, la parábola del hijo pródigo será siempre de permanente actualidad. Sólo la Cruz de Jesucristo permanece erguida mientras el mundo gira a su alrededor. Todo lo demás son historietas de cómic. Pero constituyen fábulas diabólicas que hacen daño al alma y que pululan a nuestro alrededor. ¡Y no me sean apocalípticos, pues no sabemos ni el día ni la hora!. El mandato de Nuestro Señor es el de estar siempre preparados, huyendo de todo espíritu adivinatorio para comprender los signos de los tiempos. Las tentaciones existen para todos; las posesiones, no. Vigilen muy y mucho con las obsesiones. Algunas son ordinarias de la vida corriente. Otras es el influjo del diablo en la propia inteligencia. Tanto en tentaciones, como en posesiones, como en obsesiones, en algún momento se produce una aquiesciencia personal: la de picar en los anzuelos de los diablos.
¿El mundo va mal? Es Creación de Dios y siempre va muy bien…, a pesar de conflictos y calamidades, si nos mojamos en el Ora et Labora. Si nos mojamos poco también va muy bien a pesar de nuestras debilidades, por la presencia de los santos y santas de Dios en los cinco Continentes. Los que llevan corona de estampa y los que nos dan, sin corona, ejemplares testimonios de vida a nuestro alrededor.
Leí en un libro un episodio anecdótico. Un fraile paseaba en oración. Se encontró con un labrador que se exclamaba por sus arduos trabajos sin demasiada recompensa. El buen fraile le dijo: “hijo mío, si estás fatigado recoge tus aperos, descansa y, cuando llegue el momento de la siega, vuelve para recoger los frutos”.
Todo cambio de paradigma, sustentado en la milenaria gnosis, es radicalmente contrario al Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. La era astrológica de Piscis es sólo eso. La era gnóstica de Acuarius es la patraña de Satanás para engañar a los hijos de Jesucristo. Callarse cuando estos temas salpican en seres queridos cercanos es un acto de sublime cobardía. Frente al non serviam bíblico prevalecerá siempre el quién como Dios del Arcángel San Miguel. Elegir lo segundo pasando de lo primero es siempre una elección personal. Perseverar en esta elección es elegir en propia vida el camino del Evangelio. Consiste, a veces, en sacudir el polvo de las propias sandalias. Aunque éste revista la forma de cariños familiares que no se manifiestan como tales. Pues obras son amores y no buenas razones. Las esotéricas ¿buenas razones de qué? Siempre son amores padecer con Amor los silencios más cercanos.
¿Saben? Tengo conciencia de estar protegido por mi Ángel de la Guarda. Todos tenemos uno asignado.
PD. El documento adjunto requiere 52 páginas de impresión. Si guardan el link en un word lo tendrán siempre a mano. Desconozco si está editado.