El mejor retrato del modo de vivir y ser de los primeros cristianos, nos ha quedado reflejado en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 2,42-47). Era un grupo de gente de toda clase, edad y condición del siglo 1º, quienes, a la muerte de su líder en Jerusalén, un tal Jesús de Nazaret, vivían en comunidad, no tenían nada propio, ayudaban a los más necesitados, huérfanos y viudas con los bienes de todos. Se reunían para rezar y comer juntos el domingo, recordando los dichos y hechos de su Maestro y Señor y eran gente de paz, bien vistos por todo el pueblo..Su número, creció de día en día. Como no había lugar para tantos, se reunían donde podían. No había pobres entre ellos y se llamaban “hermanos” entre sí. Amaban y obedecían de modo especial a Pedro y a los 11 testigos que vivieron 3 años con Jesús.
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