Estaba buscando información sobre el club Bilderberg – ese distinguido grupo de personalidades consideradas las más poderosas del mundo- y me encontré con un documento, que no tiene desperdicio y hace que te enganches, de forma inmediata, a su lectura. Sus autores se autodenominan Los Amos del Mundo.
Este es el sugerente decálogo, titulado “Las estrategias y las técnicas de Los Amos del Mundo para la manipulación de la opinión publica y de la sociedad “.
1. Estrategia de la distracción: Mientras distraes al publico, con un sinfín de informaciones insustanciales, impides pensar en los problemas que les rodean.
2. Crear problemas, para ofrecer soluciones. Se crean problemas, para que la opinión publica demande soluciones al mismo Y de esta forma, se sienten parte del sistema.
3. Estrategia de la gradación. ”Para hacer aceptar una medida inaceptable, es suficiente aplicarla progresivamente, en “degradado”, durante 10 años.”
4. Estrategia del diferido.
5. Dirigirse al publico como niños pequeños. Si nos dirigimos al publico de manera infantil, la respuesta suele ser la propia de una persona infantil, ”desprovista de espíritu critico”.
6. Utilizar el aspecto emocional más que la reflexión. De esta forma tendremos acceso a deseos, miedos, …y dejaremos aparcado el espíritu critico.
7. Mantener al público en la ignorancia y la idiotez. A peor calidad en la educación, mayor ignorancia, mayor manipulación. Por lo tanto, tendremos en nuestras manos una sociedad apta para la sumisión.
8. Promover al publico a complacerse en la mediocridad. No podemos negar que en los medios de comunicación abundan las informaciones de tipo vulgar, inculto, soez….
9. Reemplazar la revuelta por la culpabilidad. “Si a la sociedad y los individuos les hacemos creer únicos responsables de “su desgracia”, generamos un estado depresivo, que impide la rebelión”.
10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. “A más conocimientos psíquicos, físicos, neurológicos, etc. de la persona humana, mas poder y control se podrá poseer sobre la sociedad.”
Mientras leía estas maravillosas estrategias, me venían a la cabeza imputs de informaciones, actitudes y situaciones que podemos encontrar, diariamente, en la programación televisiva:
Mientras leía estas maravillosas estrategias, me venían a la cabeza imputs de informaciones, actitudes y situaciones que podemos encontrar, diariamente, en la programación televisiva:
– casos de violencia doméstica tratados con morbo
– sensibleros y ridículos spots publicitarios
– asiduidad de gays y lesbianas en las series de TV convirtiendo lo anormal en natural
– la vulgaridad y excentricidad de personajes que aparecen en magazines, realityshows, concursos televisivos de escaso nivel cultural, etc.
Pero lo que más me preocupa es la poca o inexistente respuesta del público ante esta clara manipulación. ¿Cuántos espectadores cierran la TV, o cambian de canal, para no sentirse manipulados o cautivados por el mal gusto de la programación? ¿Cuántos, ante un anuncio que degrada a la mujer, escriben al anunciante o al Observatorio de la Mujer, y se quejan? ¿Cuántos padres dejan a los hijos ver cualquier cosa en la “pantalla amiga”, para poder estar más tranquilos?
Ante la sagacidad de personas con un plan de manipulación muy bien estudiado y muy bien aprendido, tenemos que dejar entrar el espíritu de rebelión en nosotros. No basta con quejarse, sino que hay que actuar.
