La Conferencia Episcopal Española ha dado a conocer, a primeras horas de la tarde del día de ayer, una nota informativa relativa a la reunión mantenida entre su presidente, Monseñor Luis Argüello, y la ministra de Igualdad, Ana Redondo.
El encuentro, solicitado por la titular de Igualdad, giró principalmente en torno a la polémica de las denominadas «terapias de conversión» y a la postura de la Iglesia católica respecto de estas prácticas.
Impreciso y no científico
Según la nota oficial, el presidente de la Conferencia Episcopal subrayó que el término «terapias de conversión» se emplea de manera «imprecisa, amplia y no científica» y que, en todo caso, la Iglesia católica no las avala ni forman parte de su acción pastoral.
Monseñor Argüello puntualizó, además, que no se debe tildar de «terapias de conversión» a toda propuesta que no sea una «terapia afirmativa», es decir, aquellas que no se limiten únicamente a aplaudir o promover la identidad o tendencias LGTB, sino que presenten otras opciones pastorales o espirituales.
La controversia frente a las terapias nace, en parte, por la denuncia que el presidente de la Asociación Española contra las Terapias de Conversión, Saúl Castro, presentó el pasado 30 de diciembre ante la Dirección General de Derechos LGTBI del Ministerio de Igualdad.
Saúl Castro solicitó la apertura de un expediente sancionador contra los organizadores de «Transformados» y siete diócesis españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Getafe, Alcalá de Henares, Sigüenza-Guadalajara y Málaga), acusándolas de promover «métodos, programas o terapias de aversión, conversión o contracondicionamiento».
Esta denuncia se basa en la Ley 4/2023, también conocida como la «Ley Trans», impulsada en su momento por la exministra Irene Montero, y podría conllevar sanciones que van desde los 10.001 hasta los 150.000 euros.
Sin embargo, los responsables de «Transformados» insisten en que su iniciativa no se centra en modificar la orientación sexual de nadie, sino en proponer la vivencia de la fe cristiana como camino de encuentro personal con Dios. Este proceso se enmarca en la dinámica universal de la conversión a Cristo que la Iglesia anuncia a todos sus fieles, independientemente de su realidad personal.
El proyecto se centra en el testimonio de personas que afirman haberse encontrado con Cristo y haber cambiado su forma de vida, pasando de lo que describen como una vida de promiscuidad homosexual a una una forma de vida marcada por la castidad y la amistad con Dios.
Las personas que dan testimonio sostienen que dicho cambio no es el resultado de una terapia, ni responde a técnicas de «reorientación sexual», sino a una conversión espiritual. Así lo ha explicado también el párroco de la diócesis de Getafe, Julián Lozano, conocido en redes sociales y uno de los sacerdotes que acogió en su parroquia las sesiones de este proyecto.
Eucaristía y personas homosexuales
La reunión también sirvió para abordar el tema de la distribución de la comunión a personas homosexuales.
Según el comunicado, el presidente de la Conferencia Episcopal ha dejado claro que no existe discriminación alguna en este sentido. Los criterios para recibir la comunión, es decir, «estar en gracia de Dios», se aplican a todos los fieles de la misma forma, con independencia de su condición personal u orientación sexual.
El encuentro entre la ministra de Igualdad y el arzobispo Argüello concluyó tras aproximadamente una hora de conversación. La reunión, calificada de «cordial» en la nota oficial, refleja la voluntad de aclarar términos.