El pasado 26 de noviembre de 2024, la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española emitió una nota doctrinal en la que advierte sobre la práctica de la «sanación intergeneracional», señalando que es contraria a la doctrina de la Iglesia.
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¿Qué es?
Esta práctica, que ha ganado cierta popularidad en algunos círculos, propone que las acciones pecaminosas de los antepasados pueden influir negativamente en la vida de sus descendientes, causando enfermedades o desgracias, y que es posible sanar estas influencias a través de oraciones específicas.
La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, encargada de estudiar y tratar cuestiones relativas a la fe y las costumbres, ha analizado esta práctica y ha concluido que distorsiona aspectos esenciales de la fe cristiana.
Según los obispos, la «sanación intergeneracional» introduce una comprensión errónea del pecado y de la responsabilidad personal, sugiriendo que los individuos pueden heredar la culpa de los pecados de sus antepasados y que necesitan liberarse de estas cargas a través de rituales específicos.
Práctica errónea
En su análisis, los obispos señalan que esta práctica distorsiona aspectos esenciales de la fe, como la comprensión del pecado original y la responsabilidad personal. La Iglesia enseña que, aunque todos heredamos el pecado original, cada persona es responsable de sus propios pecados y no carga con la culpa de los pecados de sus antepasados.
Además, la redención y la gracia de Dios, obtenidas a través de los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía, son suficientes para sanar cualquier herida espiritual.
La redención y la gracia de Dios son suficientes para sanar cualquier herida espiritual.
El obispo Francisco Conesa Ferrer, miembro de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, presentó y resumió la nueva nota doctrinal, enfatizando que prácticas como la «sanación intergeneracional» pueden inducir a confusión entre los fieles. Según Conesa, estas prácticas sugieren erróneamente que las actividades pecaminosas de los antepasados tienen una culpa o efecto pecaminoso en los descendientes, lo cual no se alinea con la enseñanza católica sobre la responsabilidad personal y la eficacia de los sacramentos.
La Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe tiene la misión de ayudar a los obispos en su labor pastoral de promover y tutelar la doctrina sobre la fe y las costumbres. Esto implica contribuir a la transmisión de la fe, difundiendo lo que la Iglesia cree y promoviendo una sana reflexión teológica que responda a los problemas de nuestro tiempo. Asimismo, la Comisión vela para que la enseñanza impartida en nombre de la Iglesia sea fiel a lo que esta profesa.
En este contexto, la nota doctrinal sobre la «sanación intergeneracional» se suma a otros documentos emitidos por la Comisión en los últimos años, abordando diversas cuestiones doctrinales y pastorales. Por ejemplo, en marzo de 2022, la Comisión publicó una nota doctrinal sobre la objeción de conciencia, titulada «Para la libertad nos ha liberado Cristo» (Gal 5, 1), en la que se ofrecían criterios y principios para afrontar problemáticas relacionadas con leyes que desprotegen la vida humana.
Otros obispos también se han pronunciado
La reciente advertencia sobre la «sanación intergeneracional» también se alinea con pronunciamientos de otras conferencias episcopales. Por ejemplo, los obispos polacos y franceses han refutado ideas similares, destacando la importancia de mantener la pureza de la doctrina y evitar prácticas que puedan desviar a los fieles de la verdadera enseñanza cristiana.
Es fundamental que los fieles estén bien informados sobre las enseñanzas de la Iglesia y sean cautelosos ante prácticas que, aunque puedan parecer inofensivas o incluso beneficiosas, no están en consonancia con la doctrina católica.
La Iglesia ofrece medios claros y efectivos para la sanación espiritual a través de los sacramentos y la oración, sin necesidad de recurrir a prácticas que no tienen fundamento en la tradición cristiana.
Los fieles están llamados a buscar la sanación y la gracia a través de los medios que la Iglesia ha proporcionado desde sus inicios, confiando en la misericordia y el amor de Dios.