Este fin de semana, la ciudad de Toulouse fue escenario, ante miles de adultos y niños, de un combate espiritual de gran magnitud: el espectáculo «La Puerta de las Tinieblas».
Esto no solo ha despertado perplejidad, sino también profunda indignación entre los cristianos de la ciudad, quienes han alzado la voz frente a una manifestación que consideran una evidente invitación al satanismo y a los símbolos del mal.
En este contexto, la Iglesia católica, con la firme determinación de su arzobispo, monseñor Guy de Kerimel, ha denunciado este evento, llamando a los fieles a la defensa de los valores de la luz, la verdad y la esperanza en Cristo.
«La Puerta de las Tinieblas»
El evento, organizado por la compañía La Machine y financiado con dinero público, incluye figuras mecánicas de grandes dimensiones —entre ellas Lilith, una representación aberrante de la mujer, mitad cabra, mitad escorpión, liberada por Hades, dios de los muertos.
Se trata de una figura tenebrosa, diseñada específicamente para el festival Hellfest, cuyas asociaciones con la oscuridad son obvias y perturbadoras.
Esta figura, junto a una araña gigante y al Minotauro Asterión, marchará por las calles de la ciudad en lo que sus promotores han denominado «una gran fiesta cultural».
Pero, ¿Qué «cultura» es esta que glorifica la oscuridad y los símbolos infernales?
La Iglesia católica se ha levantado con un contundente «no» frente a este evento que se presenta como inofensivo y que, en realidad, penetra las mentes con una simbología que oscurece el alma y que se opone frontalmente a los valores cristianos.
Consagrar la ciudad al Sagrado Corazón de Jesús
Ante esta agresión simbólica, el miércoles pasado monseñor Guy de Kerimel tomó una medida espiritual urgente y decisiva: consagrar la ciudad y la diócesis de Toulouse al Sagrado Corazón de Jesús.
Esta consagración es un acto de fe y de intercesión, un recurso sagrado mediante el cual se busca implorar la protección y la misericordia divina sobre la ciudad y sus habitantes, expuestos al mensaje de oscuro que promueve «La Puerta de las Tinieblas».
En su homilía, monseñor de Kerimel fue claro y directo: este espectáculo representa un tema «satánico» y simbolismos que hieren profundamente a los cristianos.
Estoy aquí para decir que este espectáculo es oscuro», afirmó con firmeza, advirtiendo que una sociedad que juega con tales temas es una sociedad que se pone en peligro espiritual.
La fe católica nos enseña que Cristo es luz y vida; no se puede permanecer en silencio ante una manifestación cultural que glorifica aquello que es contrario al bien y la verdad.
Este tipo de espectáculos no son inofensivos, pues generan confusión espiritual y presentan la oscuridad como algo atractivo.
La postura de la Iglesia protestante: preocupación compartida
La Federación Protestante de Francia también ha expresado su «alarma y sorpresa» ante el espectáculo y la falta de respeto hacia el legado cristiano de la ciudad.
Los líderes protestantes señalaron que un evento financiado con fondos públicos —que ascienden a 4,7 millones de euros— y que promueve temas inquietantes relacionados con lo esotérico y lo oscuro, no debería tener cabida en un espacio público.
La preocupación protestante se une al clamor católico en una queja común.
Respuesta de los organizadores y autoridades: trivialización del mal
En respuesta a las críticas de la Iglesia, los organizadores han minimizado la gravedad de las preocupaciones y, con una postura fría, han calificado las objeciones como una «exageración».
François Delarozière, director artístico de La Machine, afirmó que «La Puerta de las Tinieblas» es solo una gran fiesta para la ciudad y que no hay intención de promover «valores del mal».
Sin embargo, ¿Qué más valor del mal es necesario, cuando un evento se centra en glorificar figuras infernales y símbolos que, durante siglos, han sido asociados con el poder de las tinieblas?
El alcalde de Toulouse, Jean-Luc Moudenc, ha expresado que respeta la posición de las iglesias, pero no la comparte.
Esta indiferencia ante un asunto tan grave es también motivo de alarma para la Iglesia, pues revela la falta de Dios y de sensibilidad espiritual que permea en ciertos sectores. ¿Hasta dónde llegaremos como sociedad, si los líderes civiles no son capaces de ver el peligro espiritual de tales eventos y el efecto que tienen sobre el alma de los ciudadanos? o es más ¿Hasta donde llegaremos si tal vez se está promoviendo de manera delibera este tipo de eventos?
Necesidad de conversión
La Iglesia Católica, a través de la consagración al Sagrado Corazón de Jesús, ha querido invitar a todos los fieles a mantener viva su fe y a perseverar en la luz.
Que nuestra fe no se apague y que el Sagrado Corazón de Jesús proteja y guíe a Toulouse y a sus habitantes hacia la belleza, hacia Cristo.
Este suceso es un claro recordatorio de la lucha espiritual en la que estamos inmersos. Francia ya mostró su coqueteo con el mal en la inauguración de los Juegos Olímpicos. Es tiempo de orar y rechazar con valentía todo aquello que oscurezca la luz de Cristo en el mundo.
1 Comentario. Dejar nuevo
El vídeo muestra el nexo íntimo entre monstruosidad demoníaca (bestias apocalípticas que recuerdan muchísimo al caballo de Troya), por una parte, y la seducción de la técnica (figuras como robots), por otra. La relación estrecha entre tecnología y satanismo revela la auténtica esencia de la técnica, verdadero becerro de oro de nuestros día y caballo de Troya para introducir perversiones antinaturales como el transhumanismo. Todo muy revelador si se sabe leer un poco el simbolismo de esta “fiesta cultural”.