En los últimos años, la Unión Europea (UE) ha destinado una parte considerable de su presupuesto a proyectos bajo el programa Erasmus+ que, bajo el pretexto de fomentar la inclusión y la diversidad, están levantando serias sospechas sobre el fomento de actividades que rozan peligrosamente la pedofilia.
Estos proyectos, que supuestamente tienen como objetivo promover la igualdad de género y los supuestos derechos LGBTIQ+, incluyen iniciativas alarmantes, como la promoción de la identidad de género y la exploración de la personalidad drag entre adolescentes de tan solo 14 años.
El programa Erasmus+, uno de los pilares educativos y formativos de la UE, tiene como misión principal apoyar el desarrollo educativo, profesional y personal de los participantes.
Sin embargo, una revisión de los proyectos actualmente financiados bajo el tema LGBTI+ pone en duda los verdaderos objetivos de esta financiación.
De los 22 proyectos activos relacionados con esta temática, todos, salvo uno, se centran en cuestiones LGBTQ+, recibiendo en total más de 2,4 millones de euros del presupuesto europeo.
Un presupuesto mal empleado
Entre los proyectos financiados, destaca el caso de DragTivism Jr, que tiene como objetivo introducir a jóvenes de entre 14 y 17 años en la cultura drag. Es aberrante que se esté incentivando a menores de edad a explorar el mundo drag de una manera tan directa.
Uno de los elementos más preocupantes de este proyecto es la falta de información clara sobre las actividades que realizan los adolescentes.
En la página web de la Comisión Europea no se detallan informes específicos de los eventos o entrenamientos realizados en el marco de DragTivism Jr, lo que genera aún más sospechas sobre la transparencia y el contenido de las actividades.
Además, la influencia de figuras como The One and Only Rexy y Grace Towers, mentores de estos jóvenes, es altamente cuestionable. En un ejemplo revelador, The One and Only Rexy fue fotografiado leyendo a niños un libro de «sensibilización», lo que sugiere que esta figura se está utilizando para influir en la percepción de niños pequeños sobre la identidad de género y la cultura drag.
El programa DragTivism, del que deriva DragTivism Jr, ha sido objeto de financiación también por parte de la UE.
En su descripción, se menciona que los jóvenes participantes desarrollan una «personalidad drag» y adquieren habilidades que pueden «transferir a su vida diaria».
Los testimonios de algunos participantes, como una joven que afirma que «el DragTivism es una cura contra la intolerancia, la mente cerrada y el odio», reflejan cómo se promueve este estilo de vida como una solución a los problemas sociales y psicológicos de los adolescentes.
Sin embargo, las implicaciones de exponer a jóvenes de 14 años a la hipersexualización inherente a la cultura drag y su impacto en su desarrollo emocional y mental son profundamente dañinas.
Fomentando una agenda ideológica con fondos públicos
El caso de DragTivism Jr no es un hecho aislado. Otros proyectos financiados por Erasmus+ muestran una tendencia similar, con un enfoque desproporcionado en la promoción de ideologías LGBTIQ+ a expensas de objetivos educativos más amplios y equilibrados.
Ejemplos de esto incluyen el United Choir for Gender Equality, que busca educar a los jóvenes sobre conceptos como la identidad de género y los derechos LGBTI a través de la música, o iniciativas como Build up for Thessaloniki EuroPride, que entrena a adultos para que se conviertan en activistas LGBTQ+.
El uso de fondos públicos para estos proyectos es, en casi todos los casos, una clara promoción de agendas ideológicas Si bien es fundamental que las instituciones apoyen la igualdad de derechos y la no discriminación, estas iniciativas van más allá de lo necesario, promoviendo una visión unilateral de la identidad sexual y de género que no respeta la diversidad de opiniones ni los derechos de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos.
¿Dónde están los límites?
Una de las mayores críticas hacia este tipo de proyectos es que, al promover la exploración de identidades de género y actividades asociadas a la cultura drag entre adolescentes, se fomenta la confusión en los menores, quienes están en una etapa crucial de su desarrollo.
Proyectos como DragTivism Jr invitan a jóvenes vulnerables a experimentar con aspectos de su identidad sexual antes de que estén preparados emocional o mentalmente para ello, lo que plantea una actuación en contra de la ética.
Además, la ausencia de un debate público amplio sobre estos temas, junto con la falta de transparencia en la implementación de estos proyectos, hace que muchos ciudadanos europeos se sientan desinformados y traicionados por el uso de sus impuestos. La promoción de la equidad y la lucha contra la discriminación no deben ir de la mano con la normalización de comportamiento inapropiados para adolescentes, y mucho menos con el uso de recursos públicos para financiar este tipo de iniciativas.
La Unión Europea debe reconsiderar qué tipo de programas está financiando con dinero público y asegurarse de que estos realmente contribuyan al bienestar de los jóvenes y no al fomento de una agenda ideológica que pone en riesgo su salud emocional y mental.
2 Comentarios. Dejar nuevo
Esto es de una perversidad montruosa, es un plan para arruinar vidas, para difundir la mentira, para pervertir y destrozar la psique de millones de adolescentes. La misma «estética» de esos sujetos llamados drags es un insulto al buen gusto, su apariencia lo dice todo. Por otra parte son persona dignas de lástima. Más que ellos, pobres desgraciados, son quienes hacen posibles estos proyectos los verdaderos criminales. En la Rusia de Putin, al que nuestros periodistas y políticos tanto denigran, estas aberraciones están prohibidísimas. Deberíamos tomar ejemplo.
Más de lo mismo, casi todo lo que sale de la ONU, da grima. Espero y deseo que los ciudadanos de a pie despierten y se den cuenta de que la ONU, no vela por el bien de los ciudadanos sino por el control y manipulación de todas las personas. Dios sobre todo.