fbpx

¿Sienten dolor los bebés durante los procedimientos de aborto? El doctor Levatino ha sido testigo directo

Libertades

COMPARTIR EN REDES

Para quien defiende la vida el asunto del aborto no admite ambigüedades. La vida es un don sagrado desde el momento de la concepción, y cualquier acto que interrumpa ese proceso natural debe considerarse una violación directa de la dignidad humana.

Ex-abortista es testigo del dolor de los bebés

Uno de los testimonios más impactantes en defensa de la vida proviene de un ex-abortista, el Dr. Anthony Levatino, quien ha sido testigo directo de la brutalidad de los procedimientos abortivos y ha alzado su voz para señalar las profundas implicaciones morales y físicas que conllevan, especialmente para los bebés no nacidos.

El aborto no es simplemente una decisión médica o un derecho personal, sino que involucra la vida de un ser humano indefenso, cuya capacidad de sentir dolor es muchas veces ignorada o minimizada en el discurso público.
Según el testimonio del Dr. Levatino, quien realizó más de mil abortos antes de su conversión provida, los fetos, especialmente durante los procedimientos de aborto en el segundo trimestre como la dilatación y evacuación (D&E), experimentan un dolor insoportable durante el proceso de desmembramiento.

Levatino describe cómo, en su experiencia como médico, pudo observar a fetos reaccionar físicamente al dolor durante procedimientos médicos previos a los abortos, como en la amniocentesis, donde el feto se retira al sentir la inserción de una aguja.

Un procedimiento cruel

El procedimiento D&E, que es común en abortos durante el segundo trimestre, es particularmente cruel. Levatino lo describe gráficamente:

el médico utiliza una pinza de sopher para arrancar los brazos y piernas del bebé en el útero, a menudo necesitando aplastar el cráneo del feto para extraerlo por completo.

El horror de este procedimiento no puede ser minimizado, y el hecho de que estos bebés, en muchos casos, sienten el proceso de desmembramiento antes de que una posible anestesia tenga efecto, debería ser suficiente para cuestionar su moralidad.
La ciencia ha demostrado que los fetos pueden experimentar dolor desde tan temprano como las 12 semanas de gestación, lo que significa que durante los abortos en el segundo trimestre, estos pequeños seres humanos están sufriendo de manera atroz.
Los defensores del supuesto «derecho a elegir» a menudo argumentan que el aborto es una decisión personal que no afecta a terceros, pero esto ignora por completo la existencia y el sufrimiento del bebé no nacido, quien es el mayor afectado por esta decisión.

No se puede justificar un asesinato

El testimonio de sobrevivientes del aborto, como Claire Culwell, quien sobrevivió a un intento de aborto que mató a su hermano gemelo, nos recuerda que cada aborto involucra como mínimo dos vidas: la del niño que no tiene voz y la de la madre que muchas veces es engañada o presionada a tomar una decisión tan trágica. La hermana de Claire no tuvo la oportunidad de vivir, y aunque ella sobrevivió, lo hizo tras experimentar el trauma del aborto en el vientre de su madre.

No podemos, como sociedad, seguir justificando la muerte de los más vulnerables. El argumento de que los bebés no sienten dolor antes de nacer ha sido refutado por médicos y científicos que han estudiado el desarrollo fetal.

La Dra. Colleen Malloy, pediatra de la Universidad Northwestern, testificó ante el Congreso de Estados Unidos en 2012 que los fetos tienen una capacidad de sentir dolor comparable, si no mayor, que la de los recién nacidos o adultos, lo que agrava aún más la crueldad del procedimiento de desmembramiento.

Si reconocemos que un ser humano adulto experimentaría un dolor inimaginable al ser desmembrado, ¿por qué nos negamos a reconocer que un bebé en el útero experimenta lo mismo?

El aborto es un ataque directo contra el mandamiento de «No matarás». La vida es sagrada desde el momento de la concepción, y está destinada a desarrollarse naturalmente hasta la muerte natural. Cada vida es un reflejo de la imagen de Dios, y su destrucción voluntaria, especialmente de los más inocentes, no puede justificarse de ninguna manera.

Además, el aborto no solo afecta al bebé, sino también a la madre, dejándola con cicatrices físicas y emocionales que pueden durar toda la vida. Muchas mujeres se arrepienten profundamente de haber abortado, sintiéndose engañadas por una sociedad que les prometió una solución fácil a sus problemas, pero que solo les trajo dolor y arrepentimiento.

Si quieres apoyar con tu oración a frenar la barbarie del aborto puedes unirte este mes a la campaña de 40 días por la vida en tu ciudad.

Es hora de que levantemos la voz en defensa de los que no pueden hablar por sí mismos.

¿Te ha gustado el artículo?

Ayúdanos con 1€ para seguir haciendo noticias como esta

Donar 1€
NOTICIAS RELACIONADAS

1 Comentario. Dejar nuevo

  • Que sientan o no sientan dolor es inoperante, ya que el desaguisado ético se arreglaría administrando una anestesia a la víctima. Si el criterio del dolor tuviese valor moral, nada impediría matar a cualquier persona adulta previamente anestesiada para que no sintiese dolor alguno.
    Por lo demás, la secta abortista no tienen empacho en sacar de su mollera el sofisma de que tratándose de un dolor inconsciente no es dolor, sino una reacción vegetativa frente a un estímulo, a diferencia del dolor físico y mental que experimente un adulto consciente de sí mismo. Para esta gente, el feto está siempre en inferioridad de condiciones frente a un adulto. De hecho, lo han ido rebajando más y más hasta reducirlo a una nada que solo existe como molestia para la embarazada.
    La plena dignidad de un ser humano, en cualquier momento de su vida, no radica en su apariencia más o menos “humana”, en que se perciba el latido de su corazón, en su capacidad para sentir dolor, ni en su dependencia o autonomía. La dignidad es inherente a cada ser humano, no depende de la percepción que otros seres humanos tengan de sus características y capacidades.
    Los argumentos sentimentales no valen para resaltar la maldad del aborto, porque son variables y adaptables.
    La realidad no se puede expresar mejor que con esta frase del artículo:

    “Para quien defiende la vida el asunto del aborto no admite ambigüedades. La vida es un don sagrado desde el momento de la concepción, y cualquier acto que interrumpa ese proceso natural debe considerarse una violación directa de la dignidad humana.”

    Empecemos por ahí, porque solo con esta luz podremos darnos cuenta de que un feto tiene la misma dignidad humana, ni más ni menos, que un adulto.

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.

El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.