Kamala Harris y Tim Walz: la nueva amenaza americana

Lo mínimo que se puede decir de Trump es que es ofensivo en muchas de sus actitudes, aunque, considerando que la mayoría de los medios de comunicación deforman en muchas ocasiones sus acciones y palabras, es lógico que no despierte entusiasmo entre quienes pensamos que la política, como toda dimensión humana, debe basarse en el respeto.

Hecha esta introducción, hay que afirmar con la mayor rotundidad que si Kamala Harris y su vicepresidente, Walz, ganan las elecciones, nuestro mundo occidental habrá dado un paso más hacia el declive, generado por los colapsos y el caos provocados por una cultura hegemónica y una política que la aplica, destruyendo el orden natural de las cosas, sin el cual ninguna sociedad puede vivir y, sobre todo, vivir bien.

Con Harris, las posibilidades de que un conflicto bélico relacionado con Israel o Ucrania alcance una dimensión letal para Europa serán mucho más elevadas. En definitiva, Harris será la presidenta de los dos últimos siglos con menores conocimientos de política exterior y con una cultura europea ínfima. El lobby israelí lo tendrá mucho más fácil, y ahora ya es evidente que disfruta de mucho poder, porque no es un dato menor que su marido pertenezca a esta comunidad como miembro destacado.

Para el complejo militar-armamentista de Estados Unidos, el peor escenario de la guerra de Ucrania, el uso de algunas bombas nucleares tácticas por parte de Rusia, solo dañaría a Europa y, en último término, esto no sería un desastre para Estados Unidos. Al menos con Trump sabemos que las políticas bélicas exteriores no forman parte de su proyecto.

Y si esto es muy malo, también lo es, en el núcleo de la cuestión actual, el capital moral del que dependemos como civilización, tan maltrecho en nuestras sociedades: el respeto al orden natural al que nos referíamos al inicio.

Una presidencia de Harris-Walz sería radical en sus políticas de aborto y género, y exportaría esta presión a Europa, favoreciendo políticas como las de Sánchez y Macron.

En una entrevista con CNN el 24 de julio, la senadora demócrata de Massachusetts, Elizabeth Warren, declaró que el «mayor logro» de Kamala Harris como vicepresidenta ha sido «la forma en que ha reunido a las mujeres… en todo el país sobre el tema del aborto». Harris fue «la primera vicepresidenta en la historia en visitar una clínica de abortos». “¡Ve a por ellos!”, exclamó efusivamente. Warren aludió a la «Gira por la Libertad Reproductiva» de Harris de enero de 2024, que incluyó una parada en una clínica de Planned Parenthood en Minnesota, que Harris llamó falsamente una «clínica de atención médica». En Pensilvania, afirmó que las leyes que protegen la vida no nacida son «inmorales», amenazando con usar el poder federal para evitar que los estados protejan la vida humana no nacida.

Sus antecedentes son claros. Harris fue calificada en su día como la segunda senadora estadounidense más izquierdista del siglo XXI, según un análisis de las votaciones en el Congreso realizado por el politólogo Mark P. Jones.

Tim Walz, por su parte, tiene un historial también radical sobre el aborto. Como gobernador de Minnesota, en enero de 2023, firmó la ley de aborto sin límite en ese estado y se jactó en la ceremonia de firma: «Somos el primer estado en tomar medidas legislativas para poner en marcha estas protecciones», que permiten el aborto en todas las etapas del embarazo por cualquier motivo o sin motivo. La ley anterior exigía a los profesionales médicos que «preservaran la vida y la salud del bebé nacido vivo» después de un aborto fallido. En mayo de 2023, Walz firmó un proyecto de ley que la reemplaza. Ahora, el personal simplemente está obligado a «cuidar al bebé que nace vivo». Ya no están obligados a preservar la «vida y la salud» del bebé. No es un cambio menor y, sobre todo, es una modificación interesada: el aborto no puede fallar en su fin de eliminar la nueva vida.

Peor aún, la ley de Minnesota ahora legaliza expresamente el infanticidio. Esto no es diferente de una mujer que mata a su recién nacido después de un parto natural.

El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, destacado miembro del activismo político homosexual, dijo con entusiasmo que «los hombres son… más libres en un país donde tenemos un presidente que defiende el acceso al aborto».

El aborto no es simplemente una cuestión de política para Harris y su partido. Más bien, es un principio interpretativo a través del cual el partido ve toda la política. Los asuntos políticos son vistos a través de la hermenéutica anti-matrimonio, anti-vida y anti-fecundidad (Planned Parenthood ofrecía abortos y vasectomías gratis en la Convención Nacional Demócrata esta semana).

Una administración de Harris-Walz también trabajaría para federalizar la ideología de género marginal. Como gobernador de Minnesota, Walz firmó una orden ejecutiva que impedía a los psiquiatras, psicólogos y otros profesionales de la salud mental y del comportamiento practicar la medicina, bajo el pretexto de prohibir la «terapia de conversión». En lugar de explorar las causas de la disforia de género, los profesionales de la salud de Minnesota deben aceptar el autodiagnóstico de adolescentes y jóvenes confundidos y afirmar su confusión.

En abril de 2023, Walz firmó un proyecto de ley que convertía a Minnesota en un estado de «refugio trans».