El templo de Notre-Dame-du-Travail fue objeto de un ataque vandálico que ha conmocionado a la comunidad católica.
A mitad de julio, el exterior de la iglesia fue cubierto con grafitis de contenido pro-musulmán y anti-católico. Además, una estatua de la Virgen María fue brutalmente dañada, siendo cortada en la garganta con un cuchillo.
Un patrimonio en peligro
Notre-Dame-du-Travail, construida entre 1897 y 1902, es una pieza importante del patrimonio religioso y cultural de París.
La iglesia es conocida no solo por su arquitectura, sino también por su comunidad activa y vibrante.
El padre Vincent de Mello, vicario de la iglesia, ha presentado una denuncia ante la policía, iniciando así una investigación sobre el incidente. Este ataque es solo uno de una serie de actos de vandalismo que han afectado a iglesias en Francia en los últimos años.
Contexto de violencia contra la iglesia católica en Francia
El ataque a Notre-Dame-du-Travail no es un caso aislado.
En marzo de 2023, la iglesia del Sagrado Corazón de Burdeos fue profanada con símbolos satánicos y comunistas, y se intentó prender fuego en el patio de la iglesia.
En febrero de 2024, la iglesia de San Juan Bautista en Val-de-la-Haye sufrió el robo de varios objetos sagrados, incluyendo hostias consagradas. Estos incidentes reflejan una preocupante tendencia de violencia y profanación dirigida hacia lugares de culto católicos en Francia.
Un historial de ataques
Francia ha sido testigo de ataques aún más graves en el pasado reciente. En octubre de 2020, tres católicos fueron asesinados en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en Niza por un terrorista islámico.
Este ataque fue seguido por otro en abril de 2022, cuando un ciudadano francés apuñaló a un sacerdote y a una monja en la iglesia de Saint Pierre d’Arène, también en Niza. Estos eventos subrayan la amenaza constante que enfrenta la comunidad católica en el país.
La respuesta de la comunidad y las autoridades
La respuesta de las autoridades y de la comunidad ha sido firme. La denuncia presentada por el padre de Mello es un paso hacia la búsqueda de justicia. Además, la comunidad católica de París y de toda Francia ha expresado su solidaridad y su indignación ante estos actos de vandalismo y violencia.
El vandalismo en Notre-Dame-du-Travail es una expresión más de la creciente intolerancia y violencia contra la Iglesia Católica en Francia.
Mientras las autoridades investigan y buscan a los responsables, la comunidad católica de París sigue unida, fortalecida en su fe y determinada a defender su patrimonio y sus derechos.