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Cardenal Burke: «debemos volvernos diariamente a Cristo y abrazar el martirio blanco de la indiferencia, el ridículo y la persecución»

Iglesia

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En su homilía, con motivo de una misa votiva al Inmaculado Corazón de María, el cardenal, exhortó a los católicos a prepararse para la posibilidad del martirio en su compromiso de fidelidad a Cristo.

En esta celebración Burke subrayó la importancia de sacrificarse por la conversión de los pecadores, tal como lo pidió Nuestra Señora de Fátima.

El mensaje de Fátima

La homilía comienza haciendo referencia a la aparición de la Virgen Madre de Dios a los santos videntes, los santos Francisco y Jacinta Marto, y la Sierva de Dios Lucía dos Santos, en la Cova da Iria el 13 de julio de 1917.

En palabras del cardenal el mensaje de la Virgen  «contiene el corazón de todo lo que Nuestro Señor quiso comunicar a Sus hijos en un momento de escandaloso abandono de Cristo y de Su Camino con todo el sufrimiento, espiritual y material, que siempre conlleva».

El poder de la oración y el sacrificio ante el desaliento

Sin embargo, lejos de desalentarlos, Burke reveló que a través de la oración y el sacrificio, la Iglesia puede ser restaurada. «Nuestra responsabilidad es, como nos enseña tan claramente Nuestra Señora de Fátima, transformar la situación del mundo y de la Iglesia superando en nuestras vidas cualquier pecado y oscuridad, volviéndonos diariamente a Cristo y buscando seguirle con todo nuestro corazón», expresó Burke.

El cardenal expresó que «lo que entristece y fatiga aún más nuestros corazones e infunde en nosotros aún más temor y temblor es la manifestación de la rebelión dentro de la Iglesia misma, en apostasía de Cristo, de la Tradición Apostólica por la cual Cristo continúa enseñándonos, santificándonos y guiándonos a lo largo del camino de nuestra peregrinación terrenal a nuestro hogar eterno en el Cielo. Las verdades sagradas de la fe y de la vida moral son ignoradas, trivializadas e incluso negadas. El resultado es la confusión, el error y la división en la Iglesia, cuya Cabeza y Pastor es Cristo, que es el único que es «el camino, la verdad y la vida»(Jn 14, 6) En tal situación, Satanás nos tienta al desaliento y a la duda, e incluso al abandono de Cristo en su Cuerpo místico, la Iglesia.«

Ante esta realidad el cardenal sugirió que los católicos practiquen devociones como rezar el Rosario diariamente, realizar actos de penitencia y reparación, y recibir los sacramentos de la Confesión y la Sagrada Comunión.

Podemos ser llamados al martirio

«Debemos volvernos diariamente a Cristo y abrazar el martirio blanco de la indiferencia, el ridículo y la persecución», declaró, advirtiendo que «algunos de nosotros incluso podemos ser llamados a dar el último testimonio del martirio rojo, de la muerte por permanecer fieles a Cristo y a Su plan para nuestra salvación y la salvación del mundo».

 El corazón de María

Burke animó a los católicos a mantener la esperanza en que el Inmaculado Corazón de María triunfará si los fieles ofrecen sus vidas a Ella. «Cada uno de nosotros está llamado, junto con María Inmaculada, a hacer nuestra parte en la obra salvadora de Cristo, según nuestra vocación en la vida y nuestros dones particulares», explicó.

Además el Cardenal Burke destacó la importancia de rezar y hacer penitencia por la conversión de Rusia, hacerlo los Primeros Sábados de mes de Reparación y rezar el Rosario, manteniendo en nuestros corazones, unidos al Inmaculado Corazón de María, todo lo que Nuestro Señor ha dicho y hecho por nuestra salvación eterna.

«Que nosotros, uno en el corazón del Inmaculado Corazón de María, guardemos siempre en nuestros corazones el Misterio de la Fe, para que, con María, podamos llevar a Cristo y su obra salvífica al mundo», rezó para concluir el prelado.  

 

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