Bajo el lema «En la vejez no me abandones», tomado del Salmo 71,9, esta jornada busca resaltar el valor y la importancia de los ancianos en nuestra sociedad, así como fomentar la caridad y el acompañamiento pastoral hacia ellos.
Decreto
En esta ocasión, la Penitenciaría Apostólica, a través de un decreto firmado por el cardenal Angelo De Donatis, Penitenciario Mayor, ha anunciado la concesión de la indulgencia plenaria a los abuelos, a los mayores y a todos los fieles que participen en los servicios religiosos que se celebrarán en todo el mundo el 28 de julio de 2024.
Esta indulgencia se concede bajo las condiciones habituales de confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice.
Indulgencia extendida
Además, esta gracia espiritual se extiende a aquellos que dediquen tiempo a visitar a personas mayores en necesidad o dificultad, tales como enfermos, personas solas o con discapacidades.
Igualmente, se beneficiarán los cuidadores de estos ancianos y aquellos que, debido a motivos graves, no puedan salir de sus hogares pero se unan espiritualmente a los servicios de la jornada, ofreciendo sus oraciones, dolores o sufrimientos mientras siguen las celebraciones a través de los medios de comunicación.
El decreto enfatiza que la indulgencia plenaria puede aplicarse también como sufragio por las almas del Purgatorio, incrementando así su alcance espiritual.
Esta concesión ha sido realizada en respuesta a la solicitud del cardenal Kevin Joseph Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, con el objetivo de aumentar la devoción de los fieles y promover la salvación de las almas.
Invita a reconocer el papel de nuestros mayores
La indulgencia plenaria, en términos de la Iglesia Católica, es una remisión total de la pena temporal por los pecados ya confesados y perdonados. Para obtenerla, además de las condiciones habituales, es esencial participar en las actividades de la jornada con un verdadero espíritu de penitencia y caridad.
Este acto de devoción no solo beneficia a los abuelos y ancianos, sino que también invita a la comunidad en general a reconocer y valorar el papel de los mayores en nuestras vidas.
La Penitenciaría Apostólica ha exhortado a los sacerdotes a estar disponibles para la celebración del Sacramento de la Penitencia, facilitando así que los fieles puedan cumplir con las condiciones necesarias para recibir la indulgencia plenaria. Este gesto pastoral subraya la importancia de la reconciliación y la comunión en la vida espiritual de los creyentes.
La IV Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos no solo celebra a nuestros mayores, sino que también ofrece una significativa oportunidad de crecimiento espiritual y de expresión de caridad cristiana.