En un acto que raya lo grotesco e insensato, representantes del colectivo gay se han opuesto vehementemente al proyecto de ley SB1414, una medida que busca aumentar las sanciones para quienes compren niños con fines sexuales en el estado de California.
¿Por qué se oponen?
Para ello alegan que la ley afectaría desproporcionadamente a su comunidad y a otras minorías. Esta postura es no sólo irracional, sino también peligrosa, ya que prioriza intereses particulares por encima de la seguridad y el bienestar de los niños.
El proyecto de ley SB1414
Liderado por la senadora republicana Shannon Grove y respaldado por un grupo bipartidista, fue aprobado en el pleno del Senado con una votación unánime de 36 a 0 el pasado 24 de mayo. A pesar de este apoyo, el Comité de Seguridad Pública del Senado introdujo enmiendas que debilitaron las protecciones para los niños de 16 y 17 años.
Las enmiendas impuestas al proyecto de ley son un claro ejemplo de cómo la política puede interferir negativamente en la justicia y la protección de los más vulnerables.
Las modificaciones permiten que la prostitución o compra de menores de 15 años solo se considere un delito menor, penalizable con un mínimo de 2 días de cárcel o una multa. Además, la compra de menores de 16 y 17 años se castiga únicamente como delito menor, una postura que no refleja la gravedad del crimen.
Solo los perpetradores con una condena previa por comprar sexo a un niño de 15 años o menos, en la segunda infracción y con una diferencia de edad de más de 10 años con la víctima, deben registrarse como delincuentes sexuales de nivel uno.
Las repercusiones de las enmiendas
Las enmiendas propuestas por la Senadora Grove habrían convertido en un delito grave de prisión el solicitar o comprar sexo de un niño de cualquier edad y habrían eliminado el requisito de diferencia de edad de 10 años para el registro de delincuentes sexuales.
Es desconcertante que, en lugar de buscar soluciones integrales para proteger a los niños, algunos activistas prefieran centrarse en cómo las leyes pueden afectar a sus comunidades.
Es cierto que las leyes deben ser justas y equilibradas, teniendo en cuenta las circunstancias específicas de cada caso.
Sin embargo, en la lucha contra la trata de menores, es crucial que las sanciones sean suficientemente severas para disuadir a los delincuentes y proteger a las víctimas.
La negativa del lobby gay a apoyar el SB1414 es una muestra clara de cómo los intereses políticos y las agendas particulares pueden desviar la atención de lo verdaderamente importante: la protección de los niños.
2 Comentarios. Dejar nuevo
La oposición a esta ley es grotesca e insensata porque todo lo que hace este colectivo como tal es grotesco e insensato. Pero desde el punto de vista de sus intereses es de lo más coherente, ya que es en el colectivo gay donde hay más demanda de comercio sexual con niños y adolescentes, es decir, más pedofilia. Hay quien objeta que no es así, pero los propios interesados lo han dejado bien claro con su negativa a apoyar esta ley.
Eso es, ellos mismos se delatan